Alertan que edificios en Miami-Dade «se están hundiendo» tras un estudio de la Universidad de Miami

Hasta 3 pulgadas de hundimiento: Un estudio reciente de la Universidad de Miami reveló que varios edificios en Miami-Dade muestran señales de hundimiento. Las autoridades comenzarán a hacer los estudios y levantamientos pertinentes.

El análisis, publicado por la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas y Atmosféricas, utilizó imágenes satelitales capturadas entre 2016 y 2023 para medir el hundimiento en varias estructuras.

Los resultados indican que varios edificios en distintas partes de Sunny Isles, Surfside, Bal Harbour y Miami Beach han descendido entre 0,8 y 3 pulgadas.

Efectos del hundimiento y su origen

El fenómeno del hundimiento no representa un riesgo inmediato si ocurre de manera uniforme en toda la estructura. Pero no siempre es así.

Cuando las diferentes partes de un edificio descienden a ritmos distintos, pueden surgir problemas significativos.

El estudio no analizó este tipo de “hundimiento diferencial”, pero sí identificó patrones preocupantes.

Los expertos consultados coinciden en que los edificios, especialmente los más nuevos, están diseñados para soportar este tipo de asentamientos naturales.

John Pistorino, ingeniero con más de cinco décadas de experiencia, explicó que el peso de los edificios comprime la tierra bajo ellos, provocando asentamientos controlados durante los primeros años tras su construcción.

Sin embargo, muchos de los edificios detectados en el estudio ya superaron ese período.

Aunque la ciudad de Sunny Isles Beach asegura que sus rascacielos son seguros, ha decidido realizar nuevas inspecciones para tranquilizar a los residentes y visitantes.

La alcaldesa Larisa Svechin enfatizó que los edificios cumplen con los más altos estándares de construcción del país.

“Estamos totalmente seguros de que todo está bien”, afirmó Svechin.

Añadió que todas las inspecciones hasta la fecha se encuentran al día, pero el equipo encargado del código y el inspector jefe de construcción revisarán los inmuebles mencionados en el estudio.

Una situación única en Miami-Dade

En Sunny Isles, más del 70% de los edificios analizados mostraron algún grado de hundimiento.

Este fenómeno ha sido observado principalmente en rascacielos construidos en las últimas dos décadas, cuando el auge inmobiliario transformó la costa con torres de más de 300 unidades y alturas superiores a los 600 pies.

Según Gregor Eberli, coautor del estudio, las características del suelo pueden estar contribuyendo al hundimiento.

La arena y la piedra caliza sobre la que se construye no son homogéneas, y los proyectos cercanos que implican perforaciones podrían agravar el proceso al generar vibraciones que comprimen aún más las capas subterráneas.

Cambio climático y sistemas de drenaje

El estudio también destaca factores adicionales como el cambio climático y los sistemas de drenaje de aguas pluviales.

Miami-Dade ha instalado más de 5,700 pozos que bombean agua al subsuelo para reducir las inundaciones. Sin embargo, esta medida podría estar saturando aún más un terreno ya frágil.

Además, el aumento del nivel del mar y las lluvias más intensas, provocadas por el cambio climático, contribuyen a la presión sobre las capas subterráneas.

Estos elementos podrían estar acelerando el hundimiento observado en los edificios más afectados.

Medidas y futuro de la construcción

La alcaldesa Svechin aseguró que la ciudad mantendrá el ritmo actual de desarrollo, siempre priorizando la seguridad y calidad de vida de los residentes.

Sin embargo, expertos como Paul Chinowsky, profesor de Ingeniería Civil, consideran que es necesario adaptar las normas de construcción en las áreas costeras.

“Las bases de los edificios deben ser más seguras, aunque eso implique costos más elevados”, advirtió Chinowsky.

Recordó que el futuro del clima y del terreno no será igual al del pasado, y estas realidades deben tomarse en cuenta al planificar nuevas construcciones.

Este estudio representa un punto de inflexión en la investigación del hundimiento de edificios en áreas urbanas costeras.

Aunque los códigos actuales han funcionado, la presión del cambio climático y la creciente densidad de construcción demandarán soluciones más robustas y sostenibles.

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