Cadenas de tiendas del comercio minorista como Target o Walmart subirán los precios de algunos productos, como frutas, verduras o electrónica, debido a la «guerra» de aranceles, que el actual mandatario norteamericano Donald Trump ha desatado contra países como México o Canadá.
Los consumidores pronto sentirán los efectos de la guerra comercial del presidente Donald Trump en los precios de bienes esenciales, según advirtieron los principales ejecutivos del comercio minorista, citados por el canal televisivo de Miami, Telemundo 51.
Empresas como Target y Best Buy ya informaron que los aranceles recientes podrían provocar un aumento en los costos de productos como frutas, verduras y electrónica.
El CEO de Target indicó que los precios de alimentos frescos podrían subir en los próximos días debido a los aranceles, mientras que el director ejecutivo de Best Buy consideró «altamente probable» un incremento en los precios de productos tecnológicos.
Walmart, por su parte, advirtió que no podrá absorber por completo el impacto de estos impuestos a la importación.
Efecto en los consumidores y el mercado: Target, Walmart subirán los precios
Las políticas comerciales siguen generando preocupaciones entre economistas y analistas, quienes señalan que estas medidas podrían reducir el gasto de los hogares y desacelerar la economía.
Según expertos de GlobalData, los minoristas no podrán asumir la totalidad del aumento en los costos, lo que inevitablemente se traducirá en precios más altos para los consumidores.
A pesar de la incertidumbre, algunas compañías, como Chipotle, han asegurado que absorberán estos costos sin trasladarlos a los clientes.
Sin embargo, otros comercios podrían verse obligados a ajustar sus precios para mantener su rentabilidad y afectar así el bolsillo de los residentes en Estados Unidos.
Mientras, los mercados financieros han reaccionado negativamente a la aplicación de los aranceles.
Wall Street ha experimentado caídas en sus principales índices, y los analistas de Barclays advierten sobre el impacto de la inflación y la incertidumbre económica en la confianza de consumidores y empresas.
Con una inflación persistente y un mercado laboral en desaceleración, la presión sobre la economía estadounidense sigue en aumento.