Ni siquiera la compleja situación epidemiológica que se vive en el país, con el aumento exponencial de los casos positivos al coronavirus, acapara tantos comentarios y preocupaciones entre los cubanos como aquellos que sí genera el alza desmedida de los precios en la isla.
Los cubanos no salen del asombro desde que el pasado 1 de enero se inició la más ambiciosa reforma económica de las últimas décadas, que junto a la retirada del Peso Cubano Convertible (CUC), ha instalado tan exorbitantes precios como para quitarle el sueño a más de uno. Sin embargo, la cosa apenas comienza.
Desde cada una de las provincias cubanas se dejan sentir las quejas e inconformidades con el nuevo costo de los alimentos, demás productos y servicios. Mientras que el gobierno cubano habla del alto costo de las figuras no estatales, es llamativo cómo desde varios medios de prensa se cuestiona no solo los precios de los cuentapropistas sino las tarifas establecidas por las entidades del estado.
“Sobre el mostrador de la dulcería El Capuchino, del bulevar de Sancti Spíritus, decenas de panqués se mosquearon en los primeros días del 2021. ¿La razón esencial? El exagerado aumento de precio desde 5 pesos hasta 30 ahuyentó a los compradores y disparó las alarmas de la polémica”, publica hoy el periódico Escambray.
El rotativo de la provincia de Sancti Spíritus refiere además la negativa de no pocos consumidores a comprar el pan normado por la libreta de abastecimiento, ahora que aumentó de $0.05 a $1.00 la unidad, o como “la conocida marquesita, un minúsculo dulce, pasó de 1 peso a 11, no con todo el argumento económico que supone la formación de esta categoría”.
De igual manera en la tierra del Yayabo la libra de frijoles ha superado los $60.00 pesos, y se vende a $90.00 pesos la libra de bistec de cerdo, según la propia publicación que explica como algunos precios que han aparecido con la tarea ordenamiento se han multiplicado “por seis y hasta por 10”.
También se señala la irregularidad de precios para un mismo producto en dependencia del lugar donde se venda: “así una libra de cebolla en medio del asfalto de la capital puede valer casi lo mismo (10 pesos) que en Sancti Spíritus (8.30 pesos), donde se encuentra Banao, el emporio cebollero del país, o que la libra de lechuga cueste en el Vedado capitalino —en papeles, claro— 5 pesos, mientras en tierra espirituana, repleta de organopónicos, 15 pesos”.
También el periódico pinareño Guerrillero refiere desde sus páginas los precios de algunos alimentos según lo han establecido los gobiernos municipales.
- la pizza napolitana (solo salsa de tomate y queso) a $20.00 pesos
- la pizza de jamón a $30.00 pesos
- Pizza de salchichas a de salchichas $30.00 pesos
- Bocadito de jamón pierna a $20.00 pesos
- bocadito de lechón a $16.00 pesos
- la libra de cebolla $8.50 pesos
Guerrillero indica que los precios más preocupantes se están registrando entre los vendedores no estatales: “Ya hemos presenciado a vendedores de aguacates –que en los territorios están por debajo de los 10 u ocho pesos– a exorbitantes 50 pesos por unidad, hasta que aparece el inspector o policía y por venta obligatoria tienen que rebajarlos al importe del lugar donde se encuentre”.
Por favor esto es horrible de verdad en todos los lugares están igual las cosas no hay bolsillo que aguante yo lo que si se es que nose a dónde vamos a parar y cuando se va a ver mejoría en la vida del pobre cubano
El problema en Cuba son los salarios, no los precios de los productos, por ejemplo en Chile un aguacate chico(palta) puede costarte 1200 pesos…esta a 5100 el kilo….y los vendedores ambulantes, deben ser controlados…. o simplemente…. vender el producto en cantidades que satisfagan a la población en los comercios estatales.