La escasez de pienso industrial ha llevado a niveles mínimos diversos renglones productivos en el país. Uno de los más afectados es la producción de huevos, pues las gallinas ponedoras poseen una condición genética que exige de ese alimento.
En la empresa avícola de Las Tunas se decidieron a probar otra variante, para intentar paliar la inexistencia del pienso. Allí implementan el pastoreo de gallinas como alternativa para alimentar a estas aves.
La directora técnico-productiva de esa entidad estatal, Yoandra Lozada Pérez, dio detalles de la iniciativa al medio oficial Periódico 26.
“Se trata de una nueva modalidad de crianza que pretende llegar a 70 000 gallinas y actualmente en cada uno de los municipios se alista una instalación con siete hectáreas para ubicar 2 500 aves. De esa superficie, dos hectáreas serán para crear las condiciones de tenencia, o sea, para las instalaciones que llevan estos animales”, indicó.
Según Lozada Pérez, el área restante sería para sembrar alimentos para las gallinas. El fin es garantizar sus requerimientos nutricionales y que así pongan una mayor cantidad de huevos.
Pasos para el pastoreo avícola
Yoandra Lozada Pérez dio detalles de los planes de la empresa que dirige para el pastoreo de gallinas.
Cuando estas arriben a los 112 días de vida, serán trasladadas a varias fincas de la provincia. En ellas recibirán solo un 30%de pienso industrial, pues el resto de sus necesidades alimenticias se suplirá con “plantas proteicas, granos y otros alimentos cosechados en el lugar”.
De ese modo esperan solucionar las limitaciones con la importación de materias primas para la elaboración del pienso.
En Las Tunas cada habitante debiera consumir como promedio mensual cinco kilogramos de proteína animal. Es responsabilidad de la Empresa Avícola entregar 1 kilogramo de carne o huevo, pero dichos planes hace tiempo no logran cumplirse.
El pastoreo de gallinas semirrústicas y la cría de codornices para la obtención de huevos, permitió a la empresa terminar el mes de abril con 739 600 posturas y 22.6 toneladas de carne. Sin embargo, esas cifras están muy distantes de lo necesario para alcanzar el kilogramo de proteína avícola per cápita.