Una vez más la producción de compotas en Santiago de Cuba y sus territorios aledaños se ve afectada. Ahora, la causa es la paralización de tres fábricas de conservas que aportaban el alimento a las bodegas de la región oriental.En estos momentos la única entidad que se mantiene produciendo las compotas para niños es El Caney. Según datos oficiales publicados por el diario Sierra Maestra, esa planta genera actualmente apenas una décima parte de lo registrado hace diez años.
En 2022 se apreciaron cifras negativas en cuanto al procesamiento del mango, utilizado entre otras líneas, para fabricar compotas. Se recibieron solamente mil 406 toneladas de la gustada fruta, total demasiado bajo para producir los planes previstos.
La obsolescencia tecnológica ha dejado resultados adversos no solo en este aspecto sino en otras líneas de producción vitales para la dieta diaria del cubano.
Otras carencias
La directora de la Empresa de Conservas de Frutas y Vegetales, Zoe Hernández, afirmó que también hay carencias de cajas de madera, paletas y parles. “El insuficiente transporte y las limitaciones de combustible para cubrir las rutas de acopio han afectado la recolección de frutas en el campo. Este es un paso imprescindible para la elaboración del alimento”, dijo le ejecutiva.
Otros datos sobre la producción del 2022 reflejan que se obtuvieron 710 toneladas de pulpa. Así, se priorizaron las compotas, el puré de frutas, los jugos y el néctar. Se estima que la demanda de la población es superior a las 730 toneladas de compota mensuales. Ello está relacionado con la entrega a la canasta básica y al consumo social del país.
La empresa El Caney destinó 88 toneladas para las industrias de Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Granma, también afectadas por la obsolescencia tecnológica.
Debido a las múltiples roturas o mantenimiento de la planta de El Caney, las frutas se envían a Tropical-Contramaestre S.A., para su procesamiento. Esta es una empresa de capital mixto que cuenta con lo necesario para elaborar los productos.