El Papa Francisco será dado de alta mañana, domingo 23 de marzo, del Policlínico Gemelli de Roma. La noticia se difundió esta tarde durante una breve conferencia de prensa en el vestíbulo del hospital universitario Agostino Gemelli.
«La buena noticia que todo el mundo espera es que mañana el Santo Padre será dado de alta y regresará a Santa Marta», anunció Sergio Alfieri, director del Departamento de Ciencias Médicas y Quirúrgicas del Policlínico Gemelli y jefe del equipo médico que ha seguido al Papa desde su ingreso. Lo acompañaron Luigi Carbone, subdirector de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano y médico referente del Santo Padre, y Matteo Bruni, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede.
«El Santo Padre presenta un estado clínico estable desde hace al menos dos semanas – explicó Alfieri –. Se le ha prescrito continuar parcialmente con la terapia farmacológica, que deberá seguir tomando por vía oral durante un periodo prolongado, y – muy importante – se le ha recomendado un periodo de reposo, en convalecencia, de al menos dos meses».
Se trata, en definitiva, de un «alta protegida», subrayó Carbone, quien añadió: «Regresará a Santa Marta para la convalecencia. Hemos evaluado sus necesidades y, como sucede con todos los pacientes de 88 años dados de alta tras una neumonía bilateral, hemos considerado los cuidados que requiere el Santo Padre, como la administración de oxígeno mientras lo necesite y la asistencia las 24 horas del día, algo que la Dirección de Sanidad e Higiene del Vaticano puede garantizar con total seguridad, incluso en situaciones de emergencia. Nos hemos preparado para recibirlo en casa».
Alfieri también ofreció un breve resumen del periodo de hospitalización del Papa (estos 36 días), que comenzó el pasado 14 de febrero. «En el momento de su ingreso en el Policlínico Gemelli, el Santo Padre presentaba una insuficiencia respiratoria aguda provocada por una infección polimicrobiana – dijo Alfieri –: había virus, bacterias y hongos que causaron una neumonía bilateral grave, lo que requirió un tratamiento farmacológico combinado».
Durante su ingreso, continuó, «el estado clínico del Santo Padre atravesó dos episodios muy críticos y su vida estuvo en peligro. Los tratamientos farmacológicos, la administración de oxígeno a alto flujo y la ventilación mecánica no invasiva permitieron una lenta mejoría que lo ayudó a superar las fases más graves. El Papa nunca fue intubado, permaneció siempre consciente, orientado y presente».
La mejor noticia del dia, dios lo bendiga