La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, contestó algunas preguntas a la prensa reunida en Washington, sobre las relaciones con Cuba, en la noche del 16 de abril y no dejó buenas noticias.
La funcionaria reiteró la postura de la Administración de Joe Biden respecto a la isla y los cambios que se solicitan como el tema de las remesas por Western Union, la apertura de la Embajada en La Habana o el aumento de vuelos desde Estados Unidos a provincias.
Psaki dijo que no espera ningún cambio de política, de parte de Estados Unidos hacia Cuba en un corto plazo. En la Casa Blanca, la funcionaria señaló que «un cambio de política hacia Cuba o pasos adicionales no se encuentran actualmente entre las principales prioridades de política exterior del presidente».
El presidente Joe Biden hizo campaña con la promesa de revivir parcialmente la política de flexibilización de la administración de Barack Obama. Esta vio a Estados Unidos izar la bandera estadounidense en su embajada cerrada desde hace mucho tiempo en La Habana, aliviar el embargo comercial de décadas de antigüedad e impulsar las conexiones aéreas entre los dos países. Pero al parecer, en su primer año de mandato, Biden no moverá un dedo.
La mayoría de esas políticas fueron revertidas por la administración de Donald Trump, que en el último minuto incluso declaró a Cuba como patrocinador estatal del terrorismo a pesar de haber ayudado a negociar un acuerdo de paz entre el gobierno de Colombia y la guerrilla.
El tema del reasentamiento de refugiados en Estados Unidos también surgió en la conferencia de prensa del viernes en la Casa Blanca. Biden firmó una orden para acelerar las admisiones de refugiados, pero no levanta el límite de refugiados históricamente bajo de Trump de 15 mil al año.
“Nos tomó algún tiempo ver y evaluar cuán ineficaz o cuán destrozado se había vuelto de alguna manera el sistema de procesamiento de refugiados”, declaró Psaki, refiriéndose a las acciones de la administración antecesora.
Biden, en cambio, está ajustando los límites de asignación establecidos por Trump, que según los funcionarios han sido el factor determinante para limitar las admisiones de refugiados.
Las nuevas asignaciones brindan más espacios para los refugiados de África, Medio Oriente y América Central, y levantan las restricciones de Trump sobre los reasentamientos desde Somalia, Siria y Yemen.