Un nuevo caso de corrupción en Cuba, a nivel empresarial estatal, se destapó esta semana, a través del diario oficialista espirituano Escambray, que reveló que más de 90 mil litros de yogurt de soya que debían ser distribuidos de forma racionada a niños y embarazadas, terminó en alimentación para cerdos de una finca privada.
Según la información expuesta, por el citado medio, el desfalco se mantuvo durante largos ochos meses, durante el período de la pandemia, en 2020. En agosto de ese año se detectó y reveló un faltante de 91,791 litros de yogurt de soya que no se entregaron a la población beneficiaria.
El alimento, indispensable para gestantes y menores, fue parte de una operación ilegal realizada por directivos y trabajadores de la Empresa de Productos Lácteos Río Zaza, en Sancti Spíritus. El responsable de la Unidad de Aseguramiento y Servicios de la misma, junto con otros cómplices, alteró documentos y desvió el producto, apropiándose de los ingresos.
El reporte indicó que el juicio involucró a ocho procesados, con condenas que oscilan entre seis años de cárcel y privación de libertad por diferentes plazos. Sin embargo, la situación evidencia una falta de control interno y corrupción enorme en algunas empresas del sector estatal.
Yogurt de soya para cerdos, no para niños y embarazadas
El jefe del grupo y director de la unidad fue el más castigado, con una pena de seis años de cárcel y la confiscación de 19 animales. Aunque se hizo justicia, Alberto Cañizares Rodríguez, actual director general de Río Zaza, alertó sobre la falta de estabilidad en los puestos directivos y el peligro de que vuelvan a ocurrir hechos similares.
Este directivo implicado en el delito, llegó a almacenar yogur de soya en 24 tanques, con destino a la alimentación de cerdos en la Finca Jobo Dulce, de esa provincia. Se falsificaron documentos, firmas y tenían un entramado muy bien articulado, que solo salió a la luz, ocho meses después.
No obstante, el castigo llega, cuando algunos de los imputados hasta abandonaron el país. O sea, la corrupción campea libre y los “cubanos, de a pie”, siguen pagando las consecuencias.