Crisis en la producción de helado: cierre de Coppelia

Crisis en la producción de helado Coppelia: cierre de la heladería capitalina se extiende en el tiempo. ¿Cuánto más durará esta paralización de la emblemática fábrica cubana?

La conocida planta de producción de helado Coppelia, ubicada en la avenida Rancho Boyeros de La Habana, atraviesa una paralización total desde hace más de dos meses debido a la falta de amoniaco, un gas esencial para la refrigeración del producto.

Esta situación ha afectado tanto la distribución de helados a cafeterías y comercios, incluida la icónica heladería de 23 y L en El Vedado, como a los trabajadores de la fábrica.

Niurka, empleada de la industria, lleva desde finales de septiembre en casa, percibiendo solo una fracción de su salario, según contó al medio 14ymedio. 

“Todo el mundo sabe que en Coppelia nadie vive de su sueldo”, admitió, haciendo referencia a los ingresos adicionales que obtenía vendiendo helados directamente a clientes en su barrio de Lawton.

Sin embargo, con la paralización, su suministro ha cesado, al igual que el de otros empleados. “Llamo cada semana para preguntar y la respuesta siempre es la misma: no ha llegado el amoniaco”.

Cierre de Coppelia: crisis del helado en Cuba

La interrupción no es un caso aislado, sino el episodio más grave de una serie de problemas recurrentes en la planta de Coppelia, que en los últimos años ha sufrido paradas por la falta de ingredientes como leche, azúcar o envases.

No obstante, esta vez la ausencia de amoniaco, indispensable para el sistema de refrigeración, ha detenido completamente la producción.

“No hay helado de vainilla ni de chocolate porque no hay cómo refrigerarlo durante el proceso”, explicó Niurka.

En noviembre del año pasado, la escasez también impactó a la heladería Coppelia, que cerró sus puertas debido al déficit de insumos.

Ahora, un empleado del lugar confirma que, tras el paso del huracán Rafael, el local ha operado solo en contadas ocasiones, vendiendo cajas de helado de procedencia externa.

“No recibimos nada de la fábrica de Boyeros desde hace más de mes y medio”, señaló, y añadió que no hay fecha para la reapertura.

Sin soluciones a la vista, la crisis amenaza con prolongarse, impactando a consumidores, trabajadores y la industria en general, que enfrenta retos cada vez más complejos.

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