El parón turístico en Cuba debido a la crisis sanitaria mundial ha afectado el cobro de una deuda millonaria que la Isla mantiene con disímiles empresas españolas que operan en la Isla.
«Esta crisis no nos ha cogido en el peor momento, pero sin duda en uno malo, porque sigue habiendo una situación tensa desde el punto de vista financiero del país y empresas que tienen problemas de cobro», aseguró a la agencia EFE, Xulio Fontecha, presidente de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba (AEEC).
Desde hace más de dos años Cuba adeuda aproximadamente 300 millones de euros a las compañías españolas que trabajan allí, lo que afecta especialmente a los pequeños empresarios que invierten en la Isla.
Fontecha cree que la posibilidad de cobrar esta deuda se aleja con la crisis actual, que podría asestar un golpe devastador a la economía de Cuba, ya precaria y disminuida por el endurecimiento del embargo comercial en los últimos años.
Esta situación, sin embargo, no afecta por igual a todas las empresas españolas. El presidente de la AEEC explica que «en sectores específicos como el de los alimentos o el médico-farmacéutico sí están viendo una situación de alivio, porque están haciendo suministros y cobrándolos».
Por ejemplo, la firma española Spar ejerce desde 2018 como principal proveedor del mercado de alimentos en varias ciudades del país, en tiendas pertenecientes a la empresa cubana Cimex.
Otra cadena española, El Corte Inglés, también ha entrado en el mercado cubano de los alimentos, de la mano de la firma italiana Farmavenda a través de dos supermercados en La Habana.
El Corte Inglés comenzó a comercializar sus productos allí a finales de 2017, ampliando la venta de artículos de alimentación de sus marcas blancas ‘Aliada’ y ‘El Corte Inglés’ a una decena de establecimientos de Cuba. Los productos comprenden pastas, salsas, refrescos, conservas vegetales y de pescado, estas inversiones españolas por ejemplo, no se han visto comprometidas.
Pero las inversiones hoteleras, que son la mayoría en Cuba sí lo están, pues el sector está paralizado. Con gigantes como Meliá e Iberostar al frente, las firmas españolas acaparan siete de cada diez plazas hoteleras en Cuba, un dato que por sí solo ya refleja bastante el problema de los empresarios en dicho sector.
Según la agencia EFE “hay un fuerte motivo de preocupación para los aproximadamente 300 empresarios españoles en Cuba”.
Uno de los preocupados es Javier Fernández, director general en Cuba de Be Live Hotels, empresa española perteneciente al grupo Globalia que desde 2006 gestiona y administra hoteles propiedad del Estado cubano, como el Copacabana en La Habana. Be Live opera otros ocho establecimientos entre La Habana, Varadero y Cayo Santa María (al este de la capital) con 2793 habitaciones.
«Se trata de aprovechar los productos perecederos en nuestros hoteles y almacenes: se ponen a la venta en el mercado con unos precios muy razonables, asequibles. El objetivo principal no es ganar dinero, es mantener a los empleados y ofrecer alimentos a la población», explicó Fernández, ahora que no tiene más alternativas.
Sin visitantes, lo importante para los empresarios del turismo es no quedarse parados: «estamos aprovechando para mejorar las instalaciones, acelerar mantenimiento y mejoras», aseguran.
De momento, las cifras oficiales arrojan malas noticias para ambos lados del comercio entre España y Cuba. En marzo de 2020, este se redujo casi un tercio en términos interanuales hasta 65,32 millones de euros.