Los saltadores cubanos Juan Miguel Echevarría y Maykel Massó ganaron medallas de plata y bronce, respectivamente, en la final de los Juegos Olímpicos del salto de longitud en una jornada que puede ser muy positiva para Cuba.
No fue la competencia de salto de longitud más emocionante ya que parecía que Cuba estaba navegando hacia un sencillo uno-dos. Sin embargo, sus dos atletas, el campeón mundial de pista cubierta Juan Miguel Echevarría y Maykel Massó, se lesionaron en la competencia y se les negaron en una impresionante ronda final cuando Miltiádis Tentóglou arrebató el oro con lo que resultó ser el salto final de la competencia.
Massó, ex campeón mundial juvenil y juvenil de Cuba, lideró la primera ronda con un salto de 8.21 / 0.4. El líder mundial y campeón de Europa, Tentóglou, fue segundo con 8.11 / 0.4 y Echevarría tercero con un sólido comienzo de 8.09m, con el sueco Thobias Montler saltando 8.08m para ubicarse en cuarto lugar.
Un campeón del mundo, claramente lesionado, Tajay Gayle, no saltó y pagó una parte real en la competencia, ya que terminó en el puesto 11 con 7.69m. Massó pareció lastimarse y no dio más saltos.
En la tercera ronda, Echevarría finalmente acertó y saltó 8.41, una distancia que nunca ha fallado para ganar una medalla olímpica y que hubiera sido lo suficientemente buena como para ganar el oro en los últimos tres juegos. Fundamentalmente, tenía 22 centímetros de sobra en el tablero y la batalla por el primer puesto se dio por terminada.
El griego Tentóglou fue el siguiente en saltar y respondió de manera brillante saltando hasta los 8.41. Esa distancia coincidió con los líderes cubanos, pero lo que es más importante, lo puso por delante en la cuenta atrás. Tenía dos centímetros de sobra en la tabla y su velocidad de despegue era de 41,2 kilómetros por hora.
En teoría aún quedaban dos saltos, pero Massó estaba lesionado y no pudo realizar su intento. Echevarría se alineó y, sorprendido de que su ventaja se hubiera ido, tuvo que dar su salto final. Sin embargo, a la mitad de su carrera, quedó claro que su lesión era demasiado grave y no llegó hasta la tabla de batida. Grecia tenía oro y Cuba plata y bronce.
Por otro lado, en una jornada con muchas medallas, el tirador holguinero Leuris Pupo consiguió un metal plateado en la modalidad de pistola rápida 25m del tiro de los Juegos Olímpicos en una prueba ganada por el francés Jean Quiquampoix.
Finalmente al término de la jornada, la lucha grecorromana ofreció las dos primeras medallas de oro para Cuba. Primero el luchador habanero Luis Alberto Orta, de los 60 kg de la lucha grecorromana, consiguió para la delegación cubana su primera medalla de oro. Orta había remontado en las semifinales para derrotar a Victor Cibanu por superioridad y así poder avanzar a la Gran Final, en donde se medió al japonés Kenichiro Fumita. Orta ganó finalmente 5 a 1.
Y para culminar la jornada dorada de la lucha, el pinareño Mijaín López hizo historia en los Juegos Olímpicos tras conseguir por cuarta ocasión consecutiva el título en la división de los 130 kilos. López ya había ganado el oro en las Olimpíadas de Beijing 2008; Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.
Al final del día, la discóbola cubana Yaimé Pérez quedó tercera y consiguió el metal bronceado en la final de esta disciplina con un lanzamiento de 65,72 metros. Con este resultado, Cuba marchaba hasta este minuto, en el lugar 19 del medallero, con dos medallas de oro, tres de plata e igual cantidad de bronces.