Marelys Pérez es una cubana que decidió volver a la isla después de intentar llegar a Estados Unidos, tras la ruta ilegal por Centroamérica hasta la frontera sur. Hace dos meses, salió de la isla con la esperanza de una vida mejor, pero se encontró con muchos obstáculos y problemas en el camino.
Por eso, se entregó voluntariamente a las autoridades mexicanas en varias ocasiones, pidiendo que la deportaran a Cuba. Sin embargo, cada vez que lo hacía, la dejaban en libertad.
Un día, un amigo que había conocido en México, llamado Lito Saints, recibió una llamada de alguien que le pedía que fuera a buscar a Marelys, que estaba en una situación difícil en una casa donde ya no podía quedarse. Cuando la encontró, ella le contó su historia y le expresó su deseo de regresar a Cuba. Lito le ayudó a conseguir un boleto de avión y la acompañó al aeropuerto.
“En la primera plática que tuvimos, como dicen ustedes, los cubanos me quedé «frío». Ella insistía en querer regresarse a Cuba. Ya se había ido a entregar en dos ocasiones a migración para ser deportada y la soltaban. Muchas veces la quise disuadir del deseo de regresar, pero era inútil”, comentó el hombre en el grupo de Facebook, “Cubanos en Tapachula”.
Cubanos en México rumbo a Estados Unidos
Saints detalló que aunque la historia parecía de ficción, era “tan real como el deseo de miles de hermanos cubanos que sueñan con una vida mejor”.
“Mi amiga Marelys no lo pensó así, algo muy poderoso la hizo regresar a esa realidad triste de la isla, quizás fue el amor y su felicidad”, agregó.
De inmediato, la cubana reaccionó a esta publicación donde se contaba su historia y precisó que se ahorraran los malos comentarios.
“Mi felicidad no tiene precio y cada cual vive su vida (…) este era mi deseo y Dios me lo cumplió, yo te lo dije que Dios nos ve el corazón y nos da lo que el corazón quiere”, concluyó.