Cubanoamericanos veneran a la Patrona de Cuba en la Ermita de Miami

Miles de cubanoamericanos se trasladaron este viernes 8 de septiembre, en la celebración de la Virgen de la Caridad del Cobre, la Santa Patrona de Cuba, hacia la Ermita situada en la bahía Vizcaína de la ciudad de Miami, donde residen millones de migrantes cubanos desde hace años.

La Ermita de la Caridad, un templo católico de la Arquidiócesis de Miami, que también cumple este año, 50 de creado, abrió sus puertas desde temprano, donde cerca de medio millar de fieles pudieran visitar a la réplica de la Virgen Mambisa que se encuentra allí, ofrecerle ofrendas, hacer promesas y dejarle los típicos girasoles de la venerada virgen cubana.

Han transcurrido 50 años desde que abrió sus puertas este Santuario, convirtiéndose en uno de los lugares de fe, historia y cultura más importantes del Sur de la Florida. Son incontables las historias que se han vivido en esta Ermita, donde generaciones de inmigrantes han encontrado una casa espiritual, lugar de oración y encuentro bajo el amparo de la Santa Madre de Dios, la Virgen de la Caridad», se lee en un comunicado del sacerdote José Espino.

Ermita de la Caridad del Cobre en Miami

Como es usual, el color amarillo era el preponderante entre los fieles ese día, en honor a esta Virgen que en la religión afrocubana se sincretiza con la orisha Oshun, diosa de las aguas dulces, los arroyos, manantiales y ríos.

Antes del 8 de septiembre, la Virgen de la Caridad paseó en procesión por las calles de Miami y la cantante cubana Haydée Milanés, hija de Pablo Milanés, estrenó en una vigilia artística una nueva versión de la “Virgen Mambisa”.

La Virgen de la Caridad del Cobre, también conocida como Nuestra Señora de la Caridad del Cobre o simplemente «Cachita» por algunos cubanos, es una de las formas en que se venera a la Virgen María y fue proclamada Patrona de Cuba por el Papa Benedicto XV en 1916, a petición de los veteranos de la guerra de independencia.

Según la leyenda, unos pescadores la hallaron en la Bahía de Nipe, al este de Cuba, en 1612 o a principios de 1613. Los jóvenes, que habían salido a buscar sal, vieron la imagen de la virgen con el niño Jesús en brazos, que se acercaba flotando en una tabla, donde se podía leer la frase «Yo soy la Virgen de la Caridad».

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