Déficit de combustible en Cuba: ¿tampoco habrá cemento?

La crisis de combustible en Cuba ha llevado a la paralización de múltiples centros laborales a lo largo y ancho de todo el país. Recientemente, desde Camagüey, en el centro de la isla, anunciaron que más de cien entidades se habían desplazado al “teletrabajo”, ante las medidas de ahorro y la falta de combustible.

Según un reporte del diario estatal Granma, las empresas “grandes consumidoras” de electricidad ajustaron sus horarios de producción para evitar los momentos de mayor demanda energética, y se suspendieron todas las actividades que no son imprescindibles para brindar servicios básicos, entre estas se encuentra la inversión en la Planta de Cemento 26 de Julio, ubicada en Nuevitas, Camagüey.

Explicaron que se le da prioridad a atender las principales demandas de la población, como el suministro de agua, el servicio de emergencia médica, los vehículos fúnebres, la entrega de harina y la elaboración de pan, el traslado de leche y el funcionamiento de algunas rutas del transporte público y del turismo, este último sector porque aporta la mayor cantidad de divisas al país.

Persiste el déficit de combustible en Cuba

La crisis sigue sin frenos, y mientras se paralizan actividades económicas, la situación es imposible que mejore. El mismo hecho de frenar inversiones en la fábrica de cemento, repercutirá luego en que se incumplan los planes de construcción de viviendas en la isla o que en unas semanas escasee el cemento y los precios se eleven.

Y como mismo se toman medidas estrictas en Camagüey, esto sucede a lo largo y ancho de todo el país. Ya se desconectan los aires acondicionados, los refrigeradores y las cámaras frigoríficas de los almacenes, y se apagan los hornos eléctricos de las panaderías.

Sin embargo, no siempre se puede hacer esto último, porque a veces hay problemas con el suministro de harina para hacer el pan que se distribuye a la población”, explicó una funcionaria del gobierno agramontino.

La funcionaria añadió que se han establecido límites razonables para las actividades que no se pueden parar, como la agricultura, la preparación de la zafra y la elaboración de alimentos, pero la situación es crítica con el abasto de combustible.

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