¿Matarifes cubanos de caballos en Miami y Hialeah? Pues sí, también existen. Esta semana, la Policía de Miami-Dade imputó por un delito grave de tercer grado por comerciar con carne de caballo, a un cubano, identificado como Alaín Arencibia Díaz, de 39 años.
Según informó la Unidad de Investigación Agrícola de esta policía, la investigación se inició después de recibir una alerta sobre un caballo sacrificado para vender su carne. El 13 de diciembre, los detectives organizaron una operación encubierta en la que un informante compró 40 libras de carne de caballo por 500 dólares.
Reportes de medios locales de Miami, ampliaron que la transacción de esta compra ilegal de carne de caballo, se realizó en el aparcamiento de un Home Depot en Hialeah Gardens, donde Arencibia entregó la carne en una bolsa de plástico negra y fue arrestado.
Matarifes cubanos en Miami y Hialeah
La ley de Florida, Estados Unidos, prohíbe el comercio de carne de caballo para consumo humano sin una etiqueta que lo identifique. Esta actividad es un delito según la normativa local y agrícola. Las penas por este tipo de delitos pueden ser de hasta un año de cárcel y una multa de 3,500 dólares.
De acuerdo con el Departamento de Agricultura de EE. UU., no hay mataderos autorizados para carne de caballo en el país, aunque se han reportado casos frecuentes de caballos desmembrados en el condado de Miami-Dade y otras zonas del sur de Florida, donde la población cubana es mayoritaria.
En agosto pasado, la organización Animal Recovery Mission (ARM), dedicada a la protección animal, ofreció una recompensa de 25 mil dólares por información que llevara al arresto de los culpables del robo de dos yeguas en una granja del condado de Broward, Florida, en las cercanías de Miami.
Este hecho ocurrió poco después de que se hallaran restos de dos caballos cerca de un canal en Homestead, condado de Miami-Dade. Estos incidentes han generado alarma y demandas de acción por parte de activistas y organizaciones defensoras de los derechos de los animales en Florida.