“Dólar digital”, lo que viene en Estados Unidos

Desde que la Casa Blanca emitiera una orden ejecutiva en marzo pasado con el fin de que varias agencias federales comenzaran a estudiar la posibilidad de regular los activos digitales, el gobierno de Joe Biden comenzó a acercarse a la creación de una nueva moneda virtual, el llamado “dólar digital”.

Y es que Estados Unidos destaca entre los países considerados como “muy rezagados” en el proceso de implementación del dólar virtual, de acuerdo con el centro de estudios Atlantic Council, que arroja que más de 100 naciones han explorado o creado una moneda digital.

Los Departamentos el Tesoro y de Justicia norteamericanos recomiendan que el país «avance una política y trabajos técnicos sobre una potencial moneda digital del banco central, o CBDC, para que Estados Unidos esté preparado si se determina que el mismo es beneficioso para nuestros intereses», según dijo en un comunicado la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.

Además, admitió que «en estos momentos, algunos aspectos de nuestro sistema actual de pagos son demasiado lentos o caros».

MARCHA DEL DÓLAR DIGITAL EN ESTADOS UNIDOS

Por su parte, Marc Chandler, experto en divisas de la corredora Bannockburn, opinó que el dólar digital representaría «una evolución natural más que una revolución». En estos momentos, varias agencias se encargan de estudiar los posibles riesgos de la creación del dólar digital, así como su desarrollo y el uso general de estos activos, reportes que serán informados en los próximos meses.

Según reseña el diario El Economista, “a diferencia del dinero depositado en una cuenta bancaria o gastado a través de aplicaciones como Venmo y Apple Pay, se registraría en las cuentas de la Reserva Federal, no en un banco”. Además, el dólar virtual tendría un valor similar al de su contraparte en papel, aunque sí contendrá cierta divergencia de las criptomonedas.

Sin embargo, varios detractores del dólar digital opinan que los bancos pudieran tener menor cantidad de dinero a su disposición para otorgar préstamos, ya que actúan mediante los depósitos de los clientes.

Aunque también pudieran existir riesgos de ataques cibernéticos, uno de los beneficios de la nueva moneda, según el medio citado, sería la reducción o supresión definitiva de los costos de transacción, “ya que los intercambios ya no pasarían solo por bancos, tarjetas bancarias o aplicaciones que cobran comisiones en cada pago”.

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