A partir del venidero 26 de enero, el gobierno de Estados Unidos solicitará un test (PCR o antígenos) negativo en las fronteras aéreas para aquellos viajeros que soliciten ingresar al país norteño.
Esto sin dudas, afectará a los turistas estadounidenses que buscan refugiarse del frío invierno en la cercanas cálidas aguas del Caribe, pero dentro de todo, existe la buena noticia de que se aceptarán los test más baratos, los de antígenos.
Según el medio Reportur, que se permita un test de antígenos supone un alivio para los hoteleros y el sector turístico dado que esta es una prueba más rápida y asequible a las personas que quieran viajar.
Por si fuera poco en las últimas semanas, la Administración de Alimentos y Medicamentos comenzó a aprobar pruebas de venta libre para que los estadounidenses las usen en el hogar, como parte de una ola de nuevas opciones que podrían desempeñar un papel en la detección de infecciones y en destrabar los vuelos turísticos.
Actualmente hacerse una prueba en un sitio de drive-thru o en el consultorio del médico generalmente requiere acceso a transporte y tiempo para esperar, cosas que pueden ser más difíciles de conseguir para las poblaciones de bajos ingresos.
Las pruebas en el hogar tienen como objetivo resolver algunos de estos obstáculos, pero no todas las pruebas son iguales ni todas son útiles para las mismas situaciones. Entonces, ¿cuáles son las opciones para las pruebas caseras que existen ahora y en qué se diferencian de las pruebas de PCR estándar?
La diferencia clave es que un paciente puede auto administrarse fácilmente la colección de muestras escupiendo en un tubo en casa y enviando el kit por correo a un laboratorio para su procesamiento. La prueba es muy sensible y específica, y se desempeña tan bien como las pruebas de PCR en hisopos nasales.
En noviembre, EE.UU aprobó una prueba verdaderamente casera, que permite al paciente recolectar la muestra, procesarla y obtener resultados casi al instante. Realizada por la compañía de biotecnología Lucira Health, esta prueba requiere que un paciente se frote las fosas nasales, revuelva la muestra en un vial y la conecte a una pequeña caja que realiza la química necesaria. Después de unos 30 minutos, las luces indican un resultado positivo, negativo o no válido. Así de sencillo.
No obstante ninguna prueba de diagnóstico es perfecta y, dada la posibilidad de un falso negativo, es importante que el paciente tenga ese referente o probabilidad al obtener los resultados.