En medio de la situación actual donde varios países quieren hacerse con materiales sanitarios necesarios y donde Cuba solo puede aspirar a donaciones y ayudas, la inventiva del cubano, específicamente en Matanzas ha salido a “dar la cara”.
Primero con la fabricación de máscaras protectoras con impresión 3D para el personal de salud, y más recientemente con un proyecto de respirador artificial para los centros sanitarios que puedan requerirlo.
Según reportaron TV Yumurí y el periódico Girón, Yitzhak Molina Hidalgo-Gato, presidente de la cooperativa no agropecuaria, especializada en el diseño, programación y fabricación de placas electrónicas, se adelantó a lo inevitable.
Lo que hoy es una maqueta (esperan la aprobación del Ministerio de Salud Pública), podría convertirse en una de las innovaciones más importantes para asumir esta nueva crisis en la Isla. Su propósito consiste en garantizarle al país aparatos para la asistencia respiratoria o ventilación mecánica.
“Este es un proyecto inicial de lo que puede ser un proyecto más profundo. Según vimos la necesidad que había de ventiladores mecánicos y respiradores mecánicos y otros tipos de sistemas de respiración me di a la tarea de empezar a diseñar uno que sirva para los lugares de atención primaria, consultorios médicos de la familia, los centros de aislamiento, ambulancias”, comentó a la televisión matancera Yitzhak Molina.
Molina afirma que “va a ser útil para los pacientes que pueden respirar por sí solos y que no haya necesidad de un sistema invasivo que necesite de presión para abrir los alveolos y generar una respiración artificial. En este caso tenemos dos electroválvulas, una que le lleva el oxígeno al paciente a través de la careta y la otra saca el CO2 del paciente”, añadió.
Cuando Cuba se acerca al millar de contagiados y la cifra de ingresados roza los 3 mil, el invento de Molina devendría una suerte de alivio, toda vez que Latinoamérica es considerada como un actor débil en la ya globalizada batalla por mascarillas, equipos de protección individual (EPI) y respiradores artificiales.
Un reciente trabajo de AP pone en contexto la preocupación existente por la posible respuesta del conjunto de países del área ante una pelea que se presentaba como desigual desde sus inicios.
Así han nacido proyectos de bajo costo para tratar de lidiar con este problema, porque los precios de los ventiladores oscilaban por los 30 mil dólares cada uno. Inalcanzables para las naciones de la región, incluida Cuba.
Cuba anunció que alrededor de los 60 días después de la primera declaración de contagios (11 de marzo), podría estar ocurriendo el pico de casos confirmados del nuevo coronavirus en la Isla.
Esto ubica el máximo estimado de contagios a mitad del mes de mayo. Y aunque las autoridades no han dado cuenta de la cantidad de respiradores de la que disponen o podrían necesitar, sí han reiterado en numerosas ocasiones que están preparados para todos los escenarios que se puedan presentar.
En estos días, el gobierno cubano volvió a acusar a Estados Unidos de entorpecer sus compras médicas en el extranjero.
Según informó la Cancillería cubana, dos empresas médicas que habitualmente suministraban a la Isla equipos de ventilación artificial, claves para el tratamiento de los casos graves de la enfermedad, suspendieron sus relaciones comerciales con Cuba tras ser adquiridas por una corporación estadounidense.
Se trata, asegura la prensa oficial, del fabricante suizo IMT Medical y de la empresa Autronic. Estas empresas han pasado a formar parte de la corporación estadounidense Vyaire Medical.
A buena hora esa inventiva de los matanceros para librar la difícil batalla contra el Covid 19; realmente esa inventiva requiere de paciencia y amor para responder en momentos cruciales cuando fallecen tantas personas en el mundo por el mortal virus. U hurra para esos trabajadores abnegados y sacrificados por la vida de los demás.