Ante la falta de un registro de nacimiento en España, a propósito de la Ley de Memoria Democrática (Ley de Nietos, como se le conoce) muchos interesados en la nacionalidad española acuden a las parroquias ibéricas en busca de la fe de bautismo, que igualmente sirve. Hay un aumento de estas solicitudes, sobre todo de Cuba.
Según la prensa española, numerosos hijos y nietos de españoles que salieron del país durante la Guerra Civil o antes, buscan tramitar la nacionalidad española a través de la de su antepasado, y tanto la certificación de nacimiento como la de bautismo, puede ser el documento que les cambie la vida.
Como conocen uno de los requisitos, es poseer el certificado literal de nacimiento de su familiar dictado por el Registro Civil, pero a veces este no se conserva porque durante la guerra hubo varios incendios que acabaron con estos papeles o simplemente porque el registro existe desde 1871, no antes.
Si no se tiene este documento, muchos descendientes acuden a los archivos de parroquias o iglesias, tras la partida de bautismo, como se le conoce en España. Esta sirve, mientras se haga acompañar, por una certificación negativa del Registro Civil, indicando que no existe el registro de nacimiento del padre o abuelo en cuestión.
Lo que sucede es que la oleada de solicitudes (muchas de Cuba) por la Ley de Nietos en España tiene sobrepasada las parroquias e incluso han tenido que reforzarse con voluntarios.
Ley de Nietos: Cuba y España
Ponen el caso del Archivo Diocesano de Barcelona, ubicado en el palacio episcopal del barrio gótico, que antes de la Ley de Nietos en España apenas recibía una decena de solicitudes al mes, y actualmente la media es de 90. Desde noviembre del 2022 hasta finales de febrero del 2024 han atendido 1.280 correos electrónicos pidiendo fe de bautismo y otros documentos de respaldo para la ciudadanía.
“Intentamos hacer lo que podemos. A los solicitantes les hacemos preguntas para qué sepan dónde pueden buscar la información y si les podemos ayudar. No es una respuesta de sí o no. No lo tenemos todo informatizado, es un trabajo como artesanal”, señaló Joana Alarcón, directora del Archivo Diocesano de Barcelona.