Médicos cubanos brindan servicios en Panamá en medio de polémica

Desde finales de diciembre una brigada médica cubana de 220 médicos de varias especialidades ofrece sus servicios en Panamá para contrarrestar las afectaciones de la crisis sanitaria actual pero esto ha sido sinónimo de varias polémicas.

Con criterios a favor y en contra, los intensivistas, cardiólogos, neumólogos e internistas, ya trabajan en el país centroamericano bajo la severa mirada de colegas panameños, que desde un principio se negaron a la contratación de extranjeros. Los cubanos no serán los únicos contratado, pues se cree que lleguen de otras naciones como Estados Unidos, México, Venezuela y Colombia.

El ministro de Salud, Luis Francisco Sucre había anunciado desde el pasado 15 de diciembre la contratación de especialistas extranjeros alegando que se están adecuando instalaciones para el creciente número de pacientes infectados pero que no había suficiente personal local para atenderlos.

Según datos la contratación de los cubanos se basa en un acuerdo bilateral que prevé la llegada a Panamá de 10 equipos médicos, apenas llegó el primero, en los próximos tres meses, que tendrá un costo según fuentes panameñas de más de 590 mil dólares durante ese período.

«Bienvenidos. Espero que cumpliendo con nuestras leyes panameñas se les pague directamente a ellos (los médicos cubanos) y no al Gobierno cubano. En Panamá se abolió la esclavitud 70 años antes que en Cuba», dijo la exlegisladora panameña Teresita Yániz de Arias, provocando la polémica de antemano.

Parte de la polémica también está servida debido a que la medicina es una de las disciplinas reservadas (para estudiarla y ejercerla) por ley solo para los nacidos en el país centroamericano. El decano universitario Enrique Mendoza ya había renunciado como miembro del Consejo Consultivo de la crisis sanitaria debido a la contratación de especialistas extranjeros, excusándose en que se hizo en violación a las leyes panameñas.

Igualmente el director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, solicitaba a Panamá que garantizara que el gobierno cubano «no viole los derechos» de los médicos cubanos contratados en el país centroamericano.

Según la HRW, las reglamentaciones oficiales cubanas «establecen que los trabajadores pueden recibir sanciones disciplinarias si entablan ‘amistad’ con personas que tengan ‘opiniones hostiles o contrarias a las de la revolución cubana'» y también «si ‘abandonan’ su trabajo», entre otras.

Sin embargo, otros reportes indican que algunos médicos panameños califican de “gran refuerzo” la labor de los cubanos en hospitales como el Nicolás Solano, de la provincia Panamá Oeste. Los cubanos también están en la provincia de Chiriquí, en el extremo occidental de Panamá, en hospitales e instalaciones asistenciales alternas creadas en la capital.

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