A pesar de que la cuarta generación de tecnología en telecomunicaciones móviles, abreviado comúnmente como 4G resulta una de las más extendidas en el mundo, incluso en países subdesarrollados, menos de la mitad de la población cubana tienen acceso a esta posibilidad de banda ancha.
La propia ministra de Comunicaciones en Cuba Mayra Arevich Marín, lo reconoció al rendir cuentas en la Asamblea Nacional que solo un 49% de los cubanos usan la 4G y un 74% aún poseen teléfonos móviles con tecnología 3G.
Específicamente con la 4G, “se cubren todas las capitales provinciales, las cabeceras municipales y el 44% de los consejos populares”, precisó la funcionaria y aseguró que su extensión fue desarrollada en “condiciones de pandemia” cuando más cubanos necesitaron de las redes para el teletrabajo y los sistemas de videoconferencia.
Ayrevich agregó que más de 7.5 millones de personas acceden a internet en Cuba mediante datos móviles y que un 82% de los consejos populares poseen al menos una vía de acceso que incluyen las zonas wifis o el nauta hogar. En ese sentido, las cifras arrojan que solamente el 7% de las viviendas cuentan con este servicio.
INTERNET EN CUBA EN 2022
Por otra parte, el gobierno no garantiza la venta de teléfonos a la población en moneda nacional. El informe de la ministra apunta que, hasta agosto del 2022, se vendieron 279 564 equipos en Moneda Libremente Convertible, lo cual supuso el ingreso a las arcas del estado de unos 53 millones de dólares.
En 2020, Cuba fue ubicada en el puesto 212 en el ranking global de precios más caros de datos de internet, con una media de 13,33 dólares por cada GB, según un estudio de la operadora británica Cable.
Aunque el monopolio de las Telecomunicaciones ETECSA redujo un poco las tarifas de compras de “paquetes” aún resultan extremadamente costosos para el bolsillo de los cubanos. Adquirir solo 1 giga de conectividad por la banda más rápida de datos móviles equivale a unos 100 pesos en moneda nacional.
Otro informe reciente de Worldwide Broadband Speed League 2022 calificó a la isla entre las naciones con peor velocidad de conexión en América Latina y el Caribe, con tan solo 3,26 megabits por segundo (Mbps).