Aunque pocos cubanos que parten de la isla suelen hablar públicamente del difícil trayecto por Centroamérica hacia Estados Unidos o desde Rusia hasta Europa, resulta una experiencia a veces traumática que ciertamente jamás se olvida.
Dos migrantes cubanos decidieron contar al periódico El Confidencial todos los detalles la ruta que debieron seguir, que incluyeron momentos muy tensos en los que realmente llegaron a temer por su vida.
Sayris Morales Leal, de 26 años, es Licenciada en Periodismo y decidió marchar de Cuba vía Nicaragua desde donde partió junto a otras 157 personas. Según relató, el grupo también estaba integrado por unas veinte mujeres con niños pequeños.
En el interior de una auto cerrado herméticamente, la joven contó que debían mantener la calma y que les exigían estar callados y no hacer ni el menor ruido.
“Hay un balde que pasan de un extremo a otro del remolque para orinar y hacer las necesidades ahí”, explicó a la prensa.
«¡Todo el mundo irá ahí, y si no quieren se quedan!, nos gritaron los coyotes. En ese momento éramos un grupo de seis, todos cubanos, y aunque no nos gustó la idea del remolque había que subirse”, contó con lujo de detalles la cubana.
En algún momento del viaje, los conductores apagaron todas las luces del camión en que viajaban y debieron permanecer durante más de una hora encerrados debido a que el chofer había atropellado a un motociclista.
“Ya los niños y las personas mayores habían empezado a tener falta de aire. Yo traté de mantener la calma, pero pensaba que no saldría de ahí con vida. Llamé a mi novio en Cuba que es médico. Quería que me diera consejos de cómo podía respirar mejor para que me durara más el oxígeno», insistió.
MIGRANTES CUBANOS EN VIAJE
Más adelante, la joven narró que los propios choferes que los trasladan permanecen casi todo el trayecto drogados: “Miraba a mi hermano y sin decirnos nada ambos pensábamos lo mismo, ahí podíamos morir”.
«Es una locura porque llegas y te bajas del autobús, te recogen unos coches tipo película de Rápido y Furioso que no sabes ni de donde salieron”, precisa la cubana.
“Todo está listo, no hay espera, es bájate de una cosa y móntate en otra. Es impactante porque uno no está acostumbrado a nada de eso. Es como estar en una película de narcos, de traficantes”, agregó.
CAMINO A ESPAÑA DESDE RUSIA
Otro testimonio ofrecido al medio por Gonzalo Pérez Rodríguez, un arquitecto cubano de 26 años reveló que el trayecto desde Rusia hasta Europa resulta aún más peligroso que la ruta por Centroamérica.
Según contó, viajó en autobús desde Belgrado rumbo a Macedonia junto a otras tres personas, pero luego descendieron del vehículo para caminar durante cinco horas alrededor de 30 kilómetros por una línea de tren, hasta llegar a un pueblo llamado Komonovo.
“En esta caminata nos cruzamos con un grupo grande de pakistaníes que iban en sentido contrario haciendo la famosa ruta de los Balcanes”, precisó el especialista ahora residente en España.
“Los últimos del grupo eran africanos y nos quitaron unas botellas de agua que llevábamos en la mano. Estaban desesperados por la sed. Esas cosas se viven con tremenda intensidad, es algo que no estás acostumbrado a hacer y no sabes a dónde vas», confesó.
Tanto Gonzalo como Sayris lamentan haber dejado familiares y allegados en Cuba. A pesar de los difíciles momentos de la travesía confirman sentirse más realizados y decididos a emprender en un país ajeno al suyo, pero con mayores posibilidades de desarrollarse.
“Lo importante era llegar a un país de la Unión Europea, donde los controles migratorios se flexibilizan para los viajes dentro de la zona Schengen”, confirmó Gonzalo a dicho medio.