Motos eléctricas en Cuba para venta online y en divisas. ¿Quién puede?

¿Quién puede comprarse en Cuba, ya no digamos con su salario, una moto eléctrica? Ni aun teniendo el dinero, enviado por remesas, se puede de primera mano, porque el país está produciendo localmente, pero para la venta online y en divisas.

El gobierno cubano está impulsando la producción de vehículos eléctricos como una alternativa a la crisis de transporte, pero estas motos eléctricas son inaccesibles para la mayoría de la población.

A pesar de ser fabricados en la isla en una joint venture con una empresa china, estas motos, motorinas y triciclos eléctricos solo están disponibles para aquellos con acceso a divisas (dólares americanos, euros en Cuba) y tarjetas de crédito internacionales, ya sea de crédito o débito.

La empresa cubana Caribbean Electric Vehicles (Vedca) ha logrado producir miles de motorinas y triciclos eléctricos en los últimos años, según fuentes oficiales, pero estos se venden exclusivamente a través de plataformas online como Islagrande Marketplace y Supermarket23, ambas registradas fuera de Cuba.

Venta online y en divisas de motos eléctricas en Cuba

Los precios de estas motos eléctricas que venden en Cuba, online y en divisas, que oscilan entre los $748 y los $3,772 dólares, están fuera del alcance de la mayoría de los cubanos, quienes enfrentan una severa crisis económica y además, su salario limitado, es en pesos cubanos.

La paradoja radica en que, mientras la escasez de combustible y el deterioro del transporte público obligan a muchos cubanos a buscar alternativas, estos vehículos eléctricos producidos localmente se convierten en un lujo inaccesible.

A pesar de que la demanda es evidente, las limitaciones, para adquirir estos vehículos, son un triste recuerdo del poco valor del salario del “cubano de a pie”.

Muchos cubanos han expresado su frustración por no poder acceder a una solución y la pregunta que queda en el aire es si el gobierno cubano logrará encontrar una forma de hacer que estos vehículos sean más accesibles para su propia población, o si esta iniciativa seguirá siendo un privilegio para unos pocos. ¿Qué cree usted?

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