El nuevo coronavirus tiene muy preocupada a la Organización Mundial de la Salud (OMS) porque el virus se está propagando tan fácilmente como lo haría un resfriado común. Por si fuera poco, ya es casi seguro que esté siendo transmitido por personas que muestran síntomas tan leves que nadie puede detectarlos a simple vista.
Países como Corea del Sur, Singapur, Irán, Kuwait o Italia, se ha creado una nueva situación, más allá del número de infectados que va en ascenso fuera de Wuhan, China, el foco inicial a nivel mundial. El hecho es que cada vez se hace más difícil encontrar el origen del foco infectado.
El primer ministro de Singapur incluso, Lee Hsien Loong, ya reconoció a principios de febrero que, a medida que el virus se generalice, tratar de rastrear cada contacto será inútil. «Si ese es el caso, todos estos métodos de contención no van a funcionar». Se dijo además que es probable que el virus «se mezcle en la temporada de resfriados y gripe» en varios países y pase desapercibido hasta que alguien se enferme gravemente. Estas son realmente muy malas noticias cuando se está tratando de detener una pandemia.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha querido tomárselo con calma pero varios doctores que pertenecen a la organización, creen que es hora de declarar a la enfermedad contagiosa como pandemia. «La serie de focos que ocurren en todo el mundo es una señal de que las cosas están avanzando, y lo que vamos a tener aquí es probablemente una pandemia», advirtió a la agencia AP, Ian Mackay, especialista en virus en la Universidad de Queensland en Australia.
Sylvie Briand, doctora de la OMS, dijo que se observan «diferentes patrones de transmisión en diferentes lugares». Mientras Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, ha alertado que el tiempo para frenar la propagación «se está acabando». Preocupa sobre todo el número de casos sin un vínculo epidemiológico claro, como el historial de viajes a China o el contacto con un caso confirmado.