El precio del carbón en Cuba se disparó en medio de la crisis energética y en la previa de las cenas de fin de año en la isla.
La severa crisis energética que azota a Cuba ha provocado un aumento significativo en el precio del carbón, impactando aún más a la población mientras se aproximan las festividades de fin de año.
Con constantes apagones y dificultades para acceder a la electricidad, el carbón se ha convertido en una alternativa esencial para cocinar en las cenas en familia de estas fechas en la isla.
En plataformas de compraventa, los anuncios de carbón marabú reflejan precios que continúan en ascenso, impulsados por la creciente demanda.
Marull Lucia, una vendedora del producto, ofrece sacos a 900 pesos, mientras que Yanny Yanet Bruzón Aliaga comercializa el “buen carbón de marabú” a 1400 pesos, el saco y paquetes de leña a 50 pesos.
Otro ejemplo es Hirely Hernández Miqueli, quien vende carbón a 1000 pesos el saco, mientras que Gabriel Matoz, asociado a una refinería de carbón de marabú, fija su precio en 900 pesos por saco, asegurando que cada uno rinde entre 4 y 5 latas.
Sube el precio del carbón en Cuba
Este aumento de precios del carbón en Cuba evidencia la escasez de este recurso, que se ha transformado en una opción principal para cocinar.
Desde hace más de dos décadas, Cuba impulsó la cocción con electricidad como parte de una estrategia de cambio en la matriz energética.
Sin embargo, la crisis eléctrica actual, marcada por apagones que pueden durar más de 24 horas, ha forzado a los cubanos a depender del carbón, una solución más accesible y económica frente a la falta de energía.
En Santiago de Cuba, también reportan largas filas para adquirir carbón, un fenómeno que también se observa en ciudades como Las Tunas y Camagüey.
En estas regiones, los precios no solo se han disparado para el carbón, sino también para hornillas de cocción, que pueden alcanzar los 3000 pesos cubanos.
A medida que se aproximan las celebraciones de fin de año, la situación se agrava.
Las familias enfrentan la necesidad de asegurar métodos básicos de cocción en un contexto donde las alternativas eléctricas son inestables y los precios del carbón continúan alejándose del alcance de muchos.