¿Quiénes son los muertos por el coronavirus?

Lo que siempre se menciona en los medios de comunicación es que de los más de 2 mil fallecidos por el coronavirus oriundo de la provincia de Wuhan en China, la mayoría eran personas de avanzada edad, con padecimientos previos que dificultaban el tratamiento. Pero la realidad, es que uno de cada cinco fallecidos, era menor de 60 años, y el 33% no tenía ninguna enfermedad previa.

La mortalidad de una enfermedad es uno de los datos epidemiológicos más importantes para evaluar sus posibles consecuencias. La del coronavirus sin embargo se ha calculado de varios modos. Según el último informe de la OMS, la tasa de mortalidad del covid-19 en China es del 3,4% mientras que fuera de China es del 1,3%. Otro tema que se registra con vital importancia es si las muertes se producen en qué sectores de la población.

Al inicio de una epidemia, tiende a ser más alta la mortalidad. Los casos más graves, potencialmente mortales, se identifican y registran con más precisión. Los diagnósticos también son más exhaustivos. Fuera de China, con números más pequeños y con casos leves diagnosticados más fácilmente, la mortalidad es claramente inferior. Pero se normalizó que el coronavirus atacaba con más vehemencia al sector adulto mayor, sin embargo las cifras arrojan que no es del todo cierto.

Es claro que tiene una alta relación con la edad de los pacientes y su estado de salud previo. No es menos cierto que a partir de los 60 años aumenta el riesgo, mucho más si el paciente no tiene inmunidad. Por encima de los 80 años, la mortalidad es altísima. Y por el contrario, apenas hay muertos entre los enfermos jóvenes, pero los hay.

Por ello las recomendaciones de que no se sea alarmista porque no se encuentra en un grupo de riesgo, hay que descartarlas también y ser cuidadosos.  Ya se sabe que el 33% de los fallecidos no contaban con patologías previas, y murieron solo a acusa de los trastornos orgánicos de este virus. Uno de cada tres muertos no presentaba enfermedades de ningún tipo, esto desmiente la teoría de que solo se enferman los mayores y mueren los que tengan algo crónico.

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