El expresidente cubano Raúl Castro cederá la jefatura del Partido Comunista de Cuba, el cargo más poderoso de la isla, resaltan varios medios internacionales tras el inicio del Congreso de dicha fuerza política en La Habana.
Raúl, uno de los últimos sobrevivientes de la llamada “generación histórica”, ha confirmado que renunciará a su cargo de Primer Secretario durante el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), que comenzó este viernes, 16 de abril.
Este será un movimiento histórico. El octavo congreso del Partido Comunista certificará al actual mandatario Miguel Díaz-Canel como el próximo secretario general del partido y establecerá las pautas políticas a seguir desde ese punto.
Castro había dicho en 2018 que esperaba que el dirigente villaclareño lo reemplazara después de su retiro en 2021. Miguel, de 60 años, representa una nueva generación y está cumpliendo el primero de dos mandatos de cinco años como presidente. Muchos analistas internacionales creen que Castro, que cumplirá 90 años en junio, seguirá siendo la figura más influyente en la isla a pesar de ceder la jefatura del Partido.
Raúl Castro deja el puesto, en medio de un país en ordenamiento económico, azotado por una pandemia y por los efectos económicos de las sanciones de Estados Unidos. No obstante se marcha en sus propios términos, tal cual había prometido hace tres años.
Este Congreso confluye bajo la bandera de “continuidad y unidad”. Castro ya había iniciado algunas reformas económicas y políticas que, hasta la crisis sanitaria, habían comenzado a darle la vuelta al oxidado mecanismo del estado.
La mayoría de los medios de prensa confluyen en que Miguel Díaz-Canel, quien en 2018 lo sucedió en el papel de presidente, lo sustituya también en este puesto.
Raúl Castro asumió la presidencia de Cuba en 2008 cuando la salud de su hermano Fidel se debilitó. Primero como presidente y luego en 2011 como primer secretario del Partido Comunista. Hasta entonces, había dirigido el ejército, y era el asesor más leal y confiable de su hermano mayor. En ese tiempo estuvo muy interesado en reformas de mercado y protagonizó junto a Barack Obama el deshielo diplomático con los Estados Unidos.
En el VI Congreso del Partido, en 2011, bajo la presidencia de Raúl, se introdujeron 311 reformas económicas, creando una nueva clase de autónomos para llenar el vacío comercial de la isla.
Raúl también dijo en 2011 que era hora de que una nueva generación hiciera avanzar la Revolución, introduciendo un límite de dos mandatos para el liderazgo. Se redactó una nueva Constitución y se aprobó en 2019.