El próximo mandatario norteamericano, Donald Trump, anunció qué haría desde su primer día en la Casa Blanca, en enero próximo, y habló de eliminar el acceso a la nacionalidad por nacimiento en Estados Unidos, si uno de los padres no cumple estos requisitos.
Donald Trump ha reavivado una controvertida propuesta para poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento en Estados Unidos.
Esta medida, garantizada por la 14ª Enmienda de la Constitución, establece que todas las personas nacidas en el país son ciudadanas estadounidenses, independientemente del estatus migratorio de sus padres.
Sin embargo, Trump ha argumentado en un video de campaña publicado en mayo del año pasado que Estados Unidos es de los pocos países que otorga automáticamente la ciudadanía a hijos de padres no ciudadanos o indocumentados simplemente por nacer en su territorio.
De acuerdo con su propuesta, Trump firmaría una orden ejecutiva en su primer día de presidencia para evitar que los niños nacidos de padres sin estatus legal en el país adquieran automáticamente la ciudadanía.
Requisitos que impondría Trump para obtener la nacionalidad por nacimiento en Estados Unidos
En su lugar, bajo esta nueva política, según la prensa norteamericana, al menos uno de los progenitores tendría que ser ciudadano o residente legal para que un niño nacido en Estados Unidos obtuviera la ciudadanía.
Trump asegura que su propuesta también abordaría el fenómeno del “turismo de nacimiento”, una práctica en la que mujeres extranjeras visitan el país hacia el final de su embarazo con el fin de que sus hijos nazcan ciudadanos estadounidenses.
Este asunto ha sido criticado durante años por ciertos sectores republicanos, quienes consideran que estas prácticas se aprovechan de la Constitución estadounidense.
Sin embargo, la implementación de esta medida plantea interrogantes legales y prácticas.
Aunque se desconoce el número exacto de niños nacidos de padres indocumentados o de “turistas de nacimiento”, la enmienda constitucional ha sido interpretada desde hace décadas como un derecho universal de los nacidos en suelo estadounidense.
El intento de modificar este principio probablemente enfrentaría retos legales, ya que requeriría reinterpretar la Constitución misma o proponer enmiendas adicionales.