El balneario cubano de Varadero, conocido como el principal polo turístico de la Isla, mantendrá las restricciones actuales de acceso en las dos primeras fases, anunciaron dirigentes de Matanzas a la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Según dicha publicación “Varadero, al igual que el resto de las playas de ambos litorales de la provincia de Matanzas, mantendrá restricciones de acceso en las primeras fases post-covid-19”.
El objetivo de mantener las medidas restrictivas, se deben, según los propios directivos para que se eviten aglomeraciones de personas durante los desplazamientos, antes de la vuelta a la normalidad en la provincia de Matanzas, que está detenida hasta el momento.
No obstante durante la segunda fase, a nivel nacional (se calcula para el 1ro de julio), se había comentado la posibilidad de abrir Varadero para los turistas extranjeros que así lo demandaran y para nacionales, solo que estos se mantendrían separados dentro de la península de Hicacos.
Durante un debate gubernamental en Matanzas, se mantuvo que en la etapa actual en la que se encuentra Matanzas no está permitido acudir a las playas, y aun cuando se alcance la primera fase de recuperación, el acceso a ellas, será limitado, tal cual sucede en el resto del país.
Mario Sabines Lorenzo, gobernador de la provincia, dijo que desde el pasado 19 de marzo, cuando se supo que Matanzas era una zona de alto riesgo epidemiológico, en Varadero se encontraban unos 34 mil turistas, entre instalaciones hoteleras y casas de renta. También había por ese entonces centenares de matanceros fuera de Cuba y numerosos viajeros yendo y viniendo.
Según los dirigentes de Matanzas y a pesar de la situación actual, en Varadero se ha seguido trabajando bajo estrictas medidas sanitarias en las inversiones del turismo, dado que en dicho balneario se pensaba celebrar la Feria Internacional de Turismo de Cuba, que finalmente fue pospuesta para el 2021. La idea de los directivos en dicha provincia es continuar la atención al sector turístico para convertir a Varadero en “la mejor playa del mundo”.
Desde el pasado mes de mayo y a propuesta del Consejo de Defensa de la provincia de Matanzas, el gobierno cubano aprobó restringir el acceso al balneario de Varadero, según dijeron “para evitar la propagación de la covid-19”.
Entonces se dijo que accederían a la Península de Hicacos solo los trabajadores del turismo que laboraban en el acondicionamiento de las instalaciones hoteleras, además de los constructores que participaban en la ejecución de las inversiones que allí se desarrollan y no se detuvieron a pesar de la situación actual.
Varadero actualmente no tiene actividad recreativa ni comercial, porque la provincia de Matanzas se mantiene sin ingresar a la etapa de recuperación en Cuba, así que no hay actividades ajenas a las que realizan trabajadores del Ministerio del Turismo y de la Construcción en esa zona.
“Hay que aprovechar este tiempo que no contamos con turismo nacional ni extranjero para poner a punto todas las instalaciones hoteleras y extra hoteleras del balneario”, dijo el gobernador matancero.
“En correspondencia adecuamos los servicios básicos a las personas que residen allí (alrededor de dos mil núcleos familiares y unos seis mil habitantes) y no a otra población de otros lugares a adquirir productos, en la playa está prohibido bañarse porque violamos el aislamiento social”, continuó el directivo.
Desde el mes pasado se le solicitó a la población adyacente a Varadero, de localidades como Santa Marta o Boca de Camarioca, que se abstuvieran de trasladarse hasta el balneario porque no se les iba a permitir la entrada. Las limitantes, por supuesto, alcanzan al resto de ciudadanos del país, al menos en las primeras fases de recuperación en dicha provincia cubana.
Reconozco buen trabajo epidemiológico realizado en Cuba. Donde el 31 de julio se cumpliría 4 meses de confinamiento y cierre de fronteras. Hay que reevaluar otras alternativas para volver a reabrir el turismo internacional desde otros aeropuertos de la isla donde hace más de 20 días no presentan casos, como es zona central y oriental de Cuba, pues la economía del país depende del turismo y las misiones médicas. Y hay que reevaluar que mientras no exista la vacuna hay que aprender a vivir con el virus, que se atenuara en el verano por la incidencia de rayos ultravioletas tan altos en Cuba. Pudiendo existir rebrote de casos esporádicos controlables sin llegar al cierre de fronteras.