Consulta popular sobre béisbol en Cuba: otro caramelo para la afición

Hace más de un lustro, Higinio Vélez, presidente de la Federación Cubana de Béisbol se paseó por las diferentes provincias de la Isla, con la idea de consultar a los directivos locales, retirados del béisbol, protagonistas de la Serie Nacional y periodistas, sobre cambios de estructuras y criterios sobre la “salud” de la pelota cubana. Hace más de un lustro, en la previa de una Serie Nacional, la Federación Cubana de béisbol también se las dio de democrática durante unos meses. La idea fue concentrar los criterios de manera regional, la idea, porque en la realidad, se concentró todo en el primer cesto de basura de la vilipendiada institución deportiva.

En resumen, la democrática consulta fue enterrada, no así el hombre que ha excavado la fosa de nuestro deporte nacional. ¿Les suena esto de consultar, de entretenernos un rato? Exacto. Nuevamente, y ante el bochornoso rol de los Panamericanos de Lima y el Premier 12, la Federación y la Dirección Nacional de Béisbol (de nombres distintos e igual destino) convocó a otra consulta, esta, más mediática (como corresponde a la crisis actual). Otra vez los dirigentes de la pelota en la Isla se sienten perdidos, desamparados y necesitan “la sabiduría popular” para que le saquen las castañas del fuego y parar darles tiempo. Sí, el montaje necesita tiempo.

¿Qué harán? Dice la nota de prensa que hay temas medulares, que “fueron identificados”. Sí, no se equivoca, esta es la nota de prensa de una institución deportiva, digamos más, de la institución deportiva más importante del país, porque es la que dirige el pasatiempo nacional. O sea, hace más de un lustro, y seguramente hace más de una década, lo identificado ahora no es una novedad. “El trabajo en la base, la situación de las instalaciones, el quehacer de las academias, el sistema competitivo, los colectivos pedagógicos y técnicos, la serie nacional, el sistema de contrataciones, el papel de las glorias y las relaciones con los medios”, cito, son una calamidad hace años en mayor o menor medida. Y si ya están identificados, ¿a qué esperan? Todavía con nombres y apellidos de los muchos problemas que aquejan a la pelota cubana, parecen atados de manos, se quedan, ridículamente, en la epidermis.

Ignoro qué más necesitan los federativos, además de aparentar una falsa democracia o tiempo para hacernos olvidar el año de fracasos—el año lo digo por sintetizar. Lo que el béisbol cubano necesita, y solo para empezar, es menos reuniones y papeleos, y más ponerse los spikes y bajar a los terrenos enyerbados de los municipios. Menos circo y caramelos para entretener a la afición.

Con consulta popular mediante, los padres seguirán manteniendo la base del béisbol en la Isla, los mejores entrenadores renunciarán a sus puestos en Cuba por conseguir un contrato así sea en las Granadinas y los partidos de béisbol (con cambio de estructura número 15 para la próxima temporada) seguirán siendo diurnos, porque la coyuntura no es tan coyuntural. Al menos nunca lo ha sido para el béisbol. Tampoco es necesaria la “solución por arte de magia” —la que existe no es la que quieren—pero un buen paso, una “buena estrategia” o “herramienta efectiva” es que se vayan ellos primero. Con la casa libre de escombros, es probable que se salve algo de ella.

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