Iván Pescalla nació en Italia hace dos décadas, pero hijo de madre santaclareña se trasladó con ella a esta ciudad de Cuba, sede de uno de los mejores equipos de fútbol de esta Isla y 15 veces campeón de la liguilla cubana, el llamado Expreso del Centro.
Ubicado como medio centro, y sirviendo de enlace con los delanteros, el veinteañero busca en los entrenamientos del Expreso (mientras espera por el papeleo típico de la burocracia) un puesto para el torneo clausura del fútbol cubano. Todavía sin un castellano fluido, Pescalla habla sobre lo a gusto que se siente entre los cubanos, aunque la cancha de la EIDE villaclareña dista bastante de lo que él conoce en Italia.
Aunque para Pescalla su relación con el fútbol es más amateur que profesional, su técnica a simple vista es presumiblemente más pura y elaborada que la de sus compañeros dentro del Expreso. Los técnicos dicen que causa buena impresión, y que de cara al arco se ve certero, aunque Pescalla prefiere plantarse detrás de los delanteros. A sus colegas lo que más le impresiona, es que Pescalla no escatima esfuerzos para adaptarse a las condiciones (la falta de ellas, realmente) del fútbol en la Isla. Se coloca la chamarreta que pueden darle, sucia, con mal olor, y toma agua del mismo tanque que el resto.
Pescalla cree que puede insertarse bien dentro del fútbol cubano, que no goza de mucha valía a nivel internacional, pero tiene unos cuantos referentes de talento en algunas ligas importantes. Tampoco sería el primer internacional que se cuelgue la camiseta anaranjada del Expreso. Hace poco más de un lustro, el guineano Yango Keita anotó unos cuantos goles en la liga nacional.