La crisis del transporte en la provincia de Cienfuegos parece no tener fin. Las tarifas aumentan sin control, y las opciones de movilidad se reducen cada vez más, según publica el periódico provincial 5 de Septiembre.
Aurora Martínez, de 62 años, residente en el asentamiento de Mal Tiempo, lo vive en carne propia. A diario toma «botella» en Cruces para llegar a la ciudad cabecera, enfrentando largas esperas y precios imposibles.
“Antes teníamos camioncitos que venían desde Santa Clara y pasaban con bastante frecuencia, pero hoy no existen. La gente dice que todos fueron alquilados por las mipymes para trasladar mercancías, y bueno, mira ahora cómo nos hemos quedado nosotros. Embarca’os y echando raíces”, dice Aurora.
Con pañuelo en la cabeza y cargando varias bolsas, Aurora puede pasar hasta cinco horas en la carretera. Muchas veces, no le queda más remedio que lidiar con transportistas privados que aprovechan la situación. “Mi hijo me apoya económicamente, pero es imposible para mí tener que pagar 300 pesos o más casi a diario en una máquina hasta Cienfuegos”, asegura.
Entre municipios
El transporte público entre municipios como Lajas, Cruces y Palmira prácticamente desaparece en las mañanas, especialmente durante los fines de semana. “Hasta las guaguas arrendadas se han desaparecido en las últimas semanas. Además, casi siempre son chiquitas, como las Dianas, y no dan abasto para la cantidad de personas que circulan en este horario. Menos mal las Yutong, pero muy pocas paran a recoger”, agrega Aurora.
La escasez de transporte estatal, sumada a la falta de combustible y las averías frecuentes, ha abierto espacio a la especulación. Los motorcitos nuevos, por ejemplo, cobran entre 100 y 200 pesos por recorridos de menos de seis kilómetros. “Es una vergüenza. Mucha gente los da porque llevan horas cogiendo sol y están locos por irse”, denuncia.
Aunque los “amarillos” estatales ayudan en algunos puntos, las colas interminables muestran que no son suficientes. La población pide medidas concretas, como un tren pequeño o cochemotor que cubra las rutas entre los municipios. Hace años, uno de estos recorría Cruces y Palmira, pero dejó de circular.
Aurora y muchos otros enfrentan una dura realidad. Pasar horas en la carretera y gastar hasta 400 pesos por un viaje son sacrificios cotidianos. Mientras tanto, la búsqueda de soluciones parece estancada, dejando a miles de cienfuegueros sin alternativas reales para moverse.