La temporada ciclónica en el área geográfica de Cuba se extiende entre el primero de junio hasta el 30 de noviembre. En particular la actual temporada ha sido definida por el Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología, como muy activa, estableciendo una probabilidad de casi el 60 por ciento de que un huracán afecte el territorio cubano. Es por ello que la dirección del país insiste en adoptar un plan de medidas cuanto antes.
El General de División Ramón Pardo Guerra, jefe del Estado Mayor de la Defensa Civil de Cuba y el Doctor José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud Pública han emitido indicaciones para enfrentar la actual temporada ciclónica en medio de la compleja situación que provoca la enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2.
Según información difundida por la Agencia Cubana de Noticias, ACN, el documento reúne el grueso fundamental de las medidas que se deben adoptar ante cada situación en específico, para reducir el riesgo de desastres, originados por ciclones tropicales y otros organismos hidrometeorológicos, advierte el documento.
Se llama a velar por el aseguramiento de los servicios vitales, del abasto de agua, energía, comunicaciones, así como la inocuidad de los alimentos. Igualmente recomienda la aplicación del saneamiento ambiental, desinfección, desinsectación y desratización, la higienización y mantenimiento del sistema de evacuación de los residuos residuales en fosas y tanques sépticos, el adecuado funcionamiento de las instalaciones sanitarias, así como el adecuado manejo de los residuos sólidos.
El documento recomienda preservar las normas de protección y distanciamiento social que eviten los hacinamiento, las aglomeraciones de personal en los espacios comunes, controlar el acceso a estos, y el uso obligatorio de mascarillas o nasobucos, sustancias desinfectantes.
Igualmente deberá fortalecerse el aseguramiento médico y de control sanitario, partiendo de la pesquisa activa, y el establecimiento de un local para llevar a cabo el aislamiento en caso de detectar casos sospechosos con alguna de las enfermedades infectocontagiosas habituales.
“Igualmente, el incremento de la vigilancia epidemiológica, epizootiológica, fitosanitaria y ambiental que alerte oportunamente sobre la ocurrencia de algún evento que pueda agravar la actual situación sanitaria”, añade el documento.
El centro de pronósticos del instituto de Meteorología ha llamado la atención igualmente sobre otros fenómenos hidrometeorológicos que resultan tan peligrosos como un huracán. Entre ellos se encuentran las tormentas eléctricas locales severas, que muchas veces se encuentran asociadas a intensas lluvias, granizos, tornados, y vientos de intensidad fuerte o muy fuerte. Esos fenómenos y otros provocan inundaciones súbitas y severas afectaciones a la economía nacional y doméstica.
Cuba es una de las pocas naciones de la región que elabora sus propios pronósticos para la temporada ciclónica, los cuales están a cargo de los centros de Pronósticos, de conjunto con el del Clima, ambos del Instituto de Meteorología, perteneciente a la Agencia de Medio Ambiente, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
Si bien hasta el momento Cuba no ha sido directamente afectada por ninguna de las tormentas de la que se han formado en la región del Golfo de México, en los últimos meses varios provincias y ciudades cubanas se han visto afectadas por tormentas locales severas con afectaciones nada desestimables a la economía.
Sin lugar a dudas el azote de un organismo ciclónico en medio de la covid-19 plantearía un desafío aún más complejo para el país, que si bien en estos momentos muestra resultados alentadores en cuanto al enefrentamiento a la pandemia, se ha visto sumido en una compleja situación económica, derivada de la paralización de algunas de sus actividades principales como es el caso de la explotación turística.