Embajada de Panamá en Cuba para enero de 2020 ¿Visas o Tarjetas de Turismo?

Enero de 2020 genera demasiada incertidumbre y ansiedad para todos los cubanos, pero muy especialmente para quienes aspiran a viajar a Panamá.

Las Tarjetas de Turismo que durante varios meses fueron la tabla de salvación para miles de cubanos se mantienen en stop, desde que a finales de julio el Servicio Nacional de Migración decidiera interrumpir “temporalmente” la iniciativa del expresidente Juan Carlos Varela.

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Según se divulgó entonces la nueva metodología se remitiría al otorgamiento de visas establecido por el Decreto Ley 3 del 22 de febrero de 2008. O sea, mientras durara esa interrupción “temporal”, los cubanos solo podrían viajar a Panamá mediante una visa estampada. Aún hoy es así.

Esos permisos—a un costo de 60 CUC—, ofrecen grandes ventajas a quienes lograran acceder a ellos. Si bien triplicaban por su precio a las populares Tarjetas de Turismo, permiten la entrada múltiple a territorio panameño por un período de hasta 5 años, sin la necesidad de volver una y otra vez a la embajada istmeña.

Pero acceder a esas visas no es tan fácil como resultaba con las tarjetas. Si bien antes era posible presentarse con un carné de cuentapropista y 20 CUC, para solicitar la tarjeta en la víspera del vuelo, ahora agendar una cita de visado es un proceso tedioso, dilatado y que puede resultar muy costoso también.

Mientras que en la embajada panameña se vendían como promedio 600 tarjetas de turismo diarias, de un momento a otro se pasó a un sistema en el que diariamente solo se otorgarían 150 cupos para atender las solicitudes de visado. Luego, esperar entonces por varias semanas hasta que la sede consular resolviera cada caso.

Las tensiones y los cuellos de botella, no se hicieron esperar, y como era previsible ante la alta demanda colapsó la página web diseñada para agendar las citas. Entonces el Consulado panameño decidió habilitar el “botón mágico” solo en algunas oportunidades, de manera sistemática pero imprevista.

La ansiedad se disparó mucho más, pero a los solicitantes no les quedó más remedio que aceptar las nuevas reglas. Pero esas reglas favorecían que algunos terceros medraran a costa de los solicitantes, y enseguida floreció una nueva figura ilegal el “gestor de visas”. Esos intermediarios que cobran 200 y hasta 300 CUC por conseguir lo que las inmensas mayorías no alcanzaban: programar su cita cuando la web del consulado.

Sin embargo, todo parecía haber llegado a su equilibrio una vez más. Un día cualquiera de julio habilitaron el botón y entregaron las citas de agosto. Otra soleada mañana de agosto se asignaron los cupos correspondientes a septiembre… pero de pronto el 11 de septiembre se rompieron todos los pronósticos.

Ese día la embajada decidió barrer lo que quedaba del año y se entregaron todas las citas correspondientes a octubre, noviembre y diciembre, poniendo una vez más en stop a miles de potenciales turistas cubanos que esperaban llegar a esa suerte de Dorado o tierra de las oportunidades que para muchos cubanos es hoy la nación panameña.

Desde ese día son muchos los que esperan y desesperan con la vista puesta en 2020, y se repiten expectantes la pregunta de los 10 millones: ¿Cuándo serán entregadas las citas de enero? O es que acaso entre las sorpresas que depara el nuevo año estará la reaparición de las Tarjetas de Turismo, ya que se su suspensión se anunció como temporal.

¿Visas o Tarjetas de Turismo?

El segundo semestre de 2019 puede catalogarse para los cubanos de cualquier manera menos de monótono. La puja entre el gobierno norteamericano y las autoridades de la isla han llegado a niveles insospechados después del acercamiento entre Raúl Castro y Barack Obama desde 2014; y hoy no puede analizarse el futuro de los compradores cubanos en Panamá sin tomar en cuenta una nueva pieza en el tablero.

Ante el aumento de las presiones por parte del presidente Donald Trump, los gobernantes cubanos han debido adoptar medidas desesperadas para captar hasta el último dólar que entra al país, y ello pasa indudablemente por colocarle un dique a uno de los sectores más dinámicos de la economía nacional en los últimos años, el de las “mulas” o inversionistas particulares.

De la noche a la mañana se abrieron nuevas tiendas para la venta en dólares estadounidenses y amparadas en la creación de cuentas bancarias en casi cualquier tipo de divisas extranjeras. Desde una posición ventajosa el gobierno cubano se erigió como un competidor de las mulas.

Que el Consulado de Panamá en Cuba habilite nuevamente un sistema que permitiría otra vez el arribo masivo de miles de compradores en momentos en que el estado cubano apuesta por comprar, él mismo y al por mayor, lo que antes solo importaban las mulas, parece ser algo cuando menos improbable. Mucho más si se toma en cuenta que el gobierno de Nito Cortizo podría ser mucho más cercano a las autoridades de la isla, debido a su filiación izquierdista.

Pero, por si fuera poco, hagamos un poco de memoria, para entender que a las propias autoridades panameñas ya parecían estorbarles las tarjetas de Varela. En un decreto ejecutivo emitido el 15 de marzo pasado se explicaba —de manera muy ambigua—que aquellos cubanos que ya hubiesen utilizado antes una tarjeta de turismo para entrar a Panamá, a partir de ese momento podrían solicitar una visa estampada con 5 años de validez.

Si bien los comerciantes panameños, los pequeños negocios familiares y hasta aerolíneas como Copa se mostraron satisfechos con el crecimiento abrupto del turismo cubano, el caos en la sede consular de Panamá en la isla era insostenible. Los más entendidos en la materia vieron en aquel decreto ejecutivo, una clara evidencia de lo que vino después: La eliminación de las tarjetas, y la mudanza a un único procedimiento: la visa estampada.

Lo diremos de manera resumida, porque nuestra previsión es clara: No creemos posible que regresen las tarjetas de turismo. Mucho menos cuando ya son miles los cubanos que disponen de una visa por cinco años, y los cuellos de botella de agosto y septiembre difícilmente se podrían repetir.

En cualquier caso, la pregunta que debieran hacerse los cubanos que aún no han conseguido una visa, debiera ser esta: ¿en qué momento se continuará con el otorgamiento de las citas para visado correspondientes al nuevo año?

Y la respuesta pudiera estar en el anterior procedimiento que asumió este consulado, cuando siempre se entregaban en el mes corriente las visas del próximo. Como quiera que no se han asignado los cupos de enero de 2020, creemos muy probable que al cierre de este año sean entregadas esas citas.

Quizás no haya que esperar al 2020 para agendar una nueva cita. Diciembre de 2019, podría reservar nuevas sorpresas desde la embajada panameña instalada en La Habana.

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