Cualquier persona con intenciones de volar a los Estados Unidos de América a partir de ahora de deberá cumplir con el requisito obligatorio de portar consigo y presentar a las autoridades aeroportuarias una evidencia de un resultado negativo a un examen diagnóstico de covid-19, según acaban de informar funcionarios del departamento de sanidad.
La nueva exigencia ha sido establecida propiamente por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) amplia los requisitos para volar a Estados Unidos que fueran anunciados a finales del mes pasado para los viajeros que provenían del Reino Unido, y otros países con una situación sanitaria comprometida.
Según la información divulgada a todas las aerolíneas se les ha ordenado prohibir que aborden aquellos pasajeros que no traigan consigo la evidencia de una prueba negativa.
Al superar los 22 millones de casos confirmados hasta hoy, y el lamentable saldo de más de 375 000 fallecimientos, ya nadie se atreve a negar el terrible impacto de la pandemia para la primera economía mundial. Aunque la enfermedad se transmite de manera autóctona y descontrolada en los diferentes Estados de la Unión, los nuevos requisitos están intentarán evitar que los viajeros traigan consigo nuevas cepas o variantes del virus, que según ha demostrado la comunidad científica posee la cualidad de propagarse con mayor facilidad.
La orden sanitaria se implementará desde el próximo 26 de enero, y concretamente requerirá una prueba de covid-19 dentro de las 72 horas anteriores a su arribo, a todos aquellos que pretendan viajar a los Estados Unidos. Se debe presentar una evidencia escrita certificada del resultado de dicha prueba a la aerolínea en la que se vuela, y los pacientes que tuvieron la enfermedad sin ninguna dificultad pueden declarar que pasaron el cuadro clínico y ya se recuperaron de la misma.
Según aclaró en un comunicado el director de los CDC, Robert Redfield. “Estas pruebas no nos libran de todo el riesgo (…) pero cuando se combina con un período de aislamiento y las precauciones rigurosas establecidas, como el uso del nasobuco y el distanciamiento social, pueden ayudar a que el viaje sea más seguro, saludable y responsable al reducir la propagación del virus en los aviones, aeropuertos y diferentes destinos a los que se vuela”.