Cuba ha logrado producir menos de la mitad del café que hoy demanda el consumo interno del país. Mientras que el gobierno capitalino insta a los pobladores a sembrar café en el llano tal y como muestra un reporte este viernes de la prensa oficialista local.
“Hoy no somos capaces de suplir la demanda de café del país, de 24 mil toneladas, estamos en 10 000 toneladas, por tanto, hay que hacer un esfuerzo buscando rendimientos”, dijo el director de Café, Cacao y Coco, Elexis Legrá.
“La Habana puede aportar mucho en el café. (…) Hay que tocar las puertas a todos los productores de la capital que quieren sembrar café”, propuso Legrá.
“Tenemos posibilidades y potencialidades de producir abonos orgánicos en cada finca. Además de que es bueno para la salud y competitivo en el mercado internacional porque es ecológico, le ahorra un nivel importante de dinero al país y eso tenemos que lograrlo aquí”.
De igual manera se apeló al empleo de la lombricultura en el cultivo y las posibilidades de La Habana de contribuir también a la producción cafetalera del país, y así reducir la dependencia de las importaciones para satisfacer el consumo nacional.
El café en la ciudad se cultiva en pequeñas zonas, pero ahora los funcionarios del gobierno tratan de sumar otras zonas boscosas de la periferia.
En esa dirección la Empresa Agroforestal de La Habana creó un vivero provincial, donde sembraron café robusta, injertado con una variante vietnamita y se obtuvieron 52 000 posturas.
El café ha sido uno de los productos más deficitarios en el país durante los últimos años. Mientras que las asignaciones mensuales por las bodegas se han visto afectadas por la insuficiencia productiva del grano o la escasez de otros insumos, hoy solo puede adquirirse de manera estable en las polémicas tiendas MLC.
Ojala solo fuera insuficiencia de cafe jaja
Aquí en la periferia de la Habana se sembró mucho café caturra y árboles frutales en el Cordón de la Habana, muchos de los que hoy peinamos canas participamos. Pidan responsabilidad a los dueños actuales de esas fincas o a los que se las entregaron, que están viviendo del fruto del trabajo ajeno, sobre todo del mango.