Los daños en la CTE Antonio Guiteras eran más graves de lo esperado. Obligan a adelantar mantenimiento programado para septiembre

Una avería detectada el miércoles en la principal termoeléctrica de Cuba resulta más grave de lo previsto, forzando a las autoridades a actuar con urgencia.

La avería detectada el miércoles en la principal termoeléctrica de Cuba resulta más grave de lo previsto, forzando a las autoridades a actuar con urgencia.

Lo que inicialmente parecía una avería menor en la Central Termoeléctrica (CTE) Antonio Guiteras de Matanzas ha revelado ser un problema mucho más serio, según informaron las autoridades este sábado.

La magnitud del daño ha obligado a adelantar el mantenimiento programado para septiembre, desencadenando una situación crítica en uno de los puntos neurálgicos del sistema energético cubano.

Daños mayores y reparaciones urgentes

El desperfecto, que provocó la parada inesperada de la planta el pasado miércoles, afecta a componentes esenciales de la termoeléctrica, como los calentadores de aire y el condensador.

“Pensábamos que los daños eran menores, pero la realidad es mucho más complicada,” explicó Edier Guzmán Pacheco, director de Generación Térmica.

Esta situación ha obligado a movilizar a brigadas especializadas para llevar a cabo un mantenimiento de emergencia que se enfocará en la limpieza mecánica de la caldera y la reparación de las bombas, tareas que son prioritarias para reactivar la planta.

Impacto en la red eléctrica y prolongación de los apagones

El fallo, atribuido a un problema en el sistema de regulación del aceite de la turbina, ha dejado a la principal planta de generación térmica de la isla fuera de servicio por un período que ahora se estima en al menos siete días.

Este prolongado tiempo de inactividad agrava la crisis energética que ya enfrentaba el país, aumentando la frecuencia y duración de los apagones en la capital y otras regiones.

Un síntoma de un problema mayor

La CTE Antonio Guiteras, vital para la estabilidad del sistema eléctrico cubano, ha estado en el centro de múltiples fallos en los últimos años, lo que subraya las deficiencias estructurales y la falta de mantenimiento adecuado en la infraestructura energética del país.

Con la planta fuera de servicio, la población se enfrenta a una semana crítica de cortes de electricidad, mientras los técnicos luchan por devolver la planta a una operatividad que sigue siendo incierta.

“Cuando vuelva a funcionar, esperamos alcanzar entre 160 y 265 MW, pero no podemos garantizarlo,” comentó Guzmán Pacheco, dejando claro que la situación es tan delicada como inesperada.

Mientras tanto, el país se prepara para un endurecimiento de las medidas de racionamiento energético, lo que añade presión a una infraestructura ya al límite de su capacidad.

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