MINCIN informa de ofertas de electrodomésticos y productos industriales en moneda nacional

Estas promociones se presentan como un esfuerzo por dar la idea de dinamismo en el sector del comercio. Sin embargo, son anacrónicas o reflejan una desconexión con la realidad que enfrenta la mayoría de los cubanos en su vida diaria.

El Ministerio de Comercio Interior (Mincin) ha anunciado nuevas ofertas en el MAI La Quemazón, perteneciente a la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Comercio Santa Lucía en Holguín.

Productos disponibles

Entre los productos destacados se encuentran electrodomésticos como batidoras licuadoras con un precio de $16,933.50 CUP, jarras de cerámica por $375 CUP y juegos de tazas a $1,250.00 CUP.

Además, el Mincin ha incluido en la oferta uniformes escolares y módulos textiles para encamados. Sin embargo, estos últimos productos están sujetos a un control de venta que limita su accesibilidad para la población en general.

A pesar de las exiguas ofertas es importante señalar que el salario mínimo en Cuba es de aproximadamente 2,100 CUP. Esto significa que para adquirir una batidora licuadora, un cubano necesitaría más de ocho meses íntegros de salario, por lo tanto resulta inaccesible para la gran mayoría de la población.

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Los precios desproporcionados de estos insignificantes productos evidencian una desconexión entre las políticas comerciales del Mincin y las reales capacidades económicas de los ciudadanos.

Escasez y oferta limitada

La realidad detrás de estas promociones es que la cantidad de productos disponibles es extremadamente limitada.

En muchas ocasiones, cuando se ofertan electrodomésticos como las batidoras licuadoras, apenas se ponen a la venta dos o tres unidades. En algunos casos, estos productos ni siquiera llegan al público porque son retenidos por los empleados del establecimiento.

Desconexión con la realidad

Mientras Cuba atraviesa una crisis económica profunda, con escasez de productos básicos, el Mincin intenta proyectar una imagen de actividad comercial y dinamismo. Sin embargo, esta estrategia parece más un esfuerzo por mantener las apariencias que una verdadera solución a los problemas que enfrenta el país. Con precios fuera del alcance y una oferta limitada, estas promociones refuerzan la brecha entre la imagen que el gobierno intenta proyectar y la realidad de la vida cotidiana en la isla.

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