No será suficiente con los vuelos chárter para cubrir la demanda entre Estados Unidos y Cuba

Las pocas condiciones del aeropuerto José Martí, de La Habana, para asumir todos los vuelos comerciales, la desconexión aérea del resto del país o el previsible encarecimiento de los pasajes son algunas de las cuestiones más polémicas derivadas de la resiente suspensión de viajes regulares entre Estados Unidos y nueve aeropuertos del interior de la isla.

“Dar esa noticia para cuando ya todos los vuelos de diciembre, en el segmento más alto, que es el 26 de diciembre con regreso antes del 8 de enero, están programados, es algo muy complejo”, argumentó recientemente Yuleika Pérez, presidenta de la agencia Tocororo Travel a la cadena televisiva Univisión.

Según su criterio, la disposición de la Casa Blanca complejizará en grado sumo el actual panorama aéreo entre la isla y los Estados Unidos en los meses que siguen. Según ella los asientos que asegurarán los vuelos chárter no serán suficientes para cubrir la alta demanda del presente y que se incrementa sobre todo durante el fin de año.

Aunque es posible que los cubanos residentes en Estados Unidos —principales afectados con la medida— puedan reorganizar sus viajes a través del aeropuerto José Martí en La Habana, para la directiva el aeropuerto de Boyeros no tiene la infraestructura necesaria para asumir un volumen tan alto de vuelos.

Si bien tanto Southwest como American Airlines reintegrarán a sus pasajeros los montos financieros de las reservaciones programadas para fechas posteriores al 10 de diciembre venidero, según Pérez va a ser muy complicado disponer de opciones de viaje para este fin de año. En particular después del día 10, cuando se cumplen los 45 días dados por la administración Trump a las aerolíneas antes autorizadas por Barack Obama.

Además de las molestias derivadas de la arbitraria medida, no pocos pasajeros temen ahora que ello genere un alza considerable en el precio de los pasajes, debido a la insuficiente oferta y la alta demanda. No obstante, ya de por sí los vuelos chárteres son cuando menos el doble de caros que los que venían realizando algunas compañías como JetBlue.

Aun cuando la suspensión de los nueve destinos del interior de la isla constituye otro duro golpe a la economía cubana, constituye todavía un mayor obstáculo para las familias radicadas en ambos países, pues tendrán todavía más difíciles los reencuentros.

También el pasado lunes cuando se dieron a conocer las más recientes restricciones del Departamento de Comercio norteamericano, a través de las que se cancelaban todos los permisos con que contaban algunas empresas norteamericanas para rentar sus naves a Cubana de Aviación. A partir de ese momento la aerolínea estatal se vio obligada a cancelar sus viajes a varios destinos internacionales.

“Hemos visto como el gobierno cubano se ha beneficiado de los viajeros estadounidenses. No vamos a permitir que esos fondos se vayan a las arcas del gobierno”, argumentó El Nuevo Herald la fuente consultada.

Más recientemente se dispuso la cancelación por parte de las aerolíneas American Airlines, Delta y JetBlue de sus vuelos a las ciudades de Santa Clara, Santiago de Cuba, Varadero y Camagüey y otros cinco destinos de la isla.

Hasta el momento el gobierno cubano no ha dado a conocer ninguna medida que sirva de paliativo a la repentina suspensión de vuelos desde los Estados Unidos hasta la parte centro-oriental del país, pero algunos analistas opinan que podría ser aprovechada la nueva circunstancia para habilitar vuelos de conexión entre La Habana y algunas ciudades como Camagüey y Santiago de Cuba.

“Podría ser ventajoso para el gobierno pues tendría una entrada fresca de divisas, pero, la infraestructura actual no creo que se lo permita”, explicó recientemente un antiguo directivo de la aeronáutica civil cubana.

Deja un comentario

Salir de la versión móvil