El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Cuba anunció la suspensión de actividades laborales y docentes no esenciales los días 14 y 15 de febrero.
La medida busca reducir el consumo eléctrico en un momento en que los apagones prolongados, que en algunos lugares superan las 20 horas, afectan la vida cotidiana de la población.
Un intento por aliviar la crisis energética
El comunicado oficial explica que la decisión responde a la necesidad de disminuir la demanda de electricidad y minimizar el impacto de los cortes de energía en la población.
Solo se mantendrán en funcionamiento los servicios básicos esenciales, aunque no se detalló cómo se garantizará su estabilidad en medio de las actuales dificultades.
En las últimas semanas, el país ha experimentado un aumento en la duración de los apagones debido a la falta de combustible, fallos en las termoeléctricas y problemas con la generación de energía.
La situación ha afectado no solo los hogares, sino también la actividad económica, con industrias paralizadas y servicios limitados.
Garantías para los trabajadores afectados
El gobierno aseguró que los empleados que no puedan acudir a sus centros de trabajo recibirán una compensación equivalente a su salario base, según lo establecido en el Código de Trabajo.
Sin embargo, no se precisó cómo se implementará el pago ni si incluirá a trabajadores del sector privado.
La crisis energética agrava las dificultades que ya enfrenta la población cubana, golpeada por la escasez de alimentos, medicinas y productos básicos.
El descontento crece entre los ciudadanos, que ven cada vez más deterioradas sus condiciones de vida sin soluciones a corto plazo.