Más de 3 mil nuevas habitaciones se sumarán este año a la capacidad de alojamiento de Cuba, cuando está a punto de iniciarse casi la temporada alta del turismo en la isla.
Ello sucede a pesar de que las proyecciones del gobierno cubano no son las mismas que durante los días de la administración de Barack Obama, cuando se veía un futuro más promisorio para la industria sin humo, debido al esperado arribo de turistas norteamericanos a la isla.
Con Donald Trump la situación va de mal en peor, y para demostrarlo bastan las estadísticas que prueban un decrecimiento en la llegada de extranjeros al país durante el presente año. Con la sanción a empresas de cruceros que venían a Cuba, el gobierno de la isla ha debido reajustar sus planes: si bien al inicio del año se esperaba el arribo de 5,1 millones de turistas ahora la meta está sobre los 4,3 millones.
Trump y su paquete de medidas ha constituido un hueso duro de roer para el MINTUR, que contemplaba la llegada de cerca de un millón y medio de cruceristas en 2019, algo que se imposibilitó de un mazazo, a partir de las sanciones de la administración norteamericana.
Se trata de un importante frenazo en ese mercado, y por supuesto un golpe considerable a la maltrecha economía cubana, y que, tras algunos descalabros con las colaboraciones médicas en países como Brasil, ha dependido mucho más de su segunda fuente de ingresos: el turismo.
Según dio a conocer un informe de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), al finalizar el verano de 2019 se registraba un significativo decrecimiento de más de un 4,1% en el arribo de extranjeros a la isla. Esos porcentajes se veían respaldados con cifras más que elocuentes: hasta agosto habían entrado al país 131 mil 673 visitantes menos que en el mismo intervalo del año anterior.
Por otro lado, las plantas hoteleras del país han experimentado igualmente una disminución del 3% en cuanto al número de huéspedes, sin embargo, e inexplicablemente aumentaron los ingresos del ministerio en la isla, con un crecimiento del 100,2 %.
Sin embargo, el MINTUR continúa con su política de crecimiento en el número de camas y habitaciones, quizás a la espera de un cambio de administración en la Casa Blanca.
Manuel Marrero Cruz, ministro cubano del ramo, dijo en julio pasado que existe un ambicioso plan de crecimiento turístico de cara al año 2030, cuando deben quedar más de 250 nuevas plantas hoteleras, sin contar el indudable crecimiento que se experimentará en cuanto al número de campos de golf, centros náuticos, zonas de buceo y marinas.
Como muestra de ese crecimiento planificado se pueden mencionar, según dijo, los hoteles Paseo del Prado, Portales de Paseo, el Vedado-500, el Palacio de Cueto, el Vedado Azul y también el Internacional de Varadero.
Dijo que uno de los puntos de mayor atención se ha centrado en el rescate de varias decenas de edificios y hoteles patrimoniales, para devolverlos a la explotación turística en Cuba, ya que se trata una modalidad de probados valores y potencialidades para el ministerio.
En estos momentos, el MINTUR prioriza alternativas minimalistas y tendentes al turismo de naturaleza, debido a las dificultades que actualmente se experimentan en el sector, debido a las duras sanciones del presidente Trump.
El endurecimiento de las sanciones por parte de la Casa Blanca, representó un importante viraje a las experiencias de la última década, cuando la infraestructura hotelera del Ministerio de Turismo (Mintur) aumentó en más del 45.2 %, a la vez que que la llegada de turistas ascendió en un 100,2 %, según estadísticas oficiales.
La crisis actual sin lugar a dudas ha afectado no solamente la llegada de turistas a la isla, sino que ha tenido manifestaciones concretas en cuanto a la calidad del servicio prestado y los suministros de alimentos e insumos.
Según sondeos cada vez resulta más recurrente que algunos extranjeros se marchen de la isla con ciertas insatisfacciones, sin embargo, los medios oficiales no se refieren a esas realidades, solo se centran en el crecimiento en el número de instalaciones anunciado por el MINTUR.