A finales de este mes de octubre la administración del presidente republicano Donald Trump piensa asestar otro duro golpe al gobierno cubano cuando entre en vigor un nuevo paquete de medidas que limitará los envíos y reexportaciones hacia la mayor de Las Antillas.
De esta manera Trump ha sido fiel a las declaraciones cursadas la semana anterior en la que dejaba saber que estaba preparando nuevas acciones sancionatorias contra Cuba, en especial para frenar su apoyo al presidente venezolano Nicolás Maduro.
En efecto, ahora el BIS (siglas con que se denomina el Buró de Industria y Seguridad del Departamento del Tesoro de Estados Unidos), anunció un nuevo grupo de disposiciones que limitan aún más las exportaciones y reexportaciones de bienes hacia la isla de Cuba.
Ello ocurre en medio de la compleja situación económica que atraviesa la isla, donde desde el discurso oficial se ha señalado al presidente estadounidense como el principal responsable “por sus acciones para impedir a toda costa la entrada de crudo venezolano al país”.
Según difunde el Departamento de Comercio de los Estados Unidos dichas medidas persiguen «responsabilizar al régimen cubano por la represión del pueblo cubano, así como apoyar al régimen del Maduro en Venezuela».
Según se ha dejado claro las correcciones a las vigentes Regulaciones para la Administración de Exportaciones deben entrar en vigor el venidero 21 de octubre del presente año. Y tal como ha sido señalado plantean importantes enmiendas, desde su facultad para establecer una política de negación al arriendo de aviones con las que podrían servirse las aerolíneas estatales cubanas.
Las medidas tienen de hecho el objetivo declarado de «hacer imposible que el gobierno cubano y el partido comunista reciban ciertos tipos de donaciones gratuitas» y en esa misma cuerda reducen considerablemente la gama de «equipos de telecomunicaciones que el gobierno cubano puede obtener sin una licencia especial norteamericana».
Analicemos puntualmente cada una de las medidas sancionatorias:
- Se deja establecida una política general de negativa a las licencias que posibiliten el arrendamiento de aeronaves a las aerolíneas del gobierno cubano.
- Puntualiza que las aeronaves y embarcaciones no clasifican como elegibles para la excepción de licencias, cuando estas son empleadas en modalidad de vuelos chárter por nacionales cubanos o de cualquier estado que se considere “Patrocinador del Terrorismo”.
- Igualmente, se le establece a Cuba la regla del 10%, que consiste en denegar cualquier reexportación a la isla de artículos extranjeros que en su conformación tengan más de un 10 % de componentes o piezas de procedencia estadounidense. (Recordemos que desde que Cuba fue sustraida de la Lista de Estados Patrocinadores de Terrorismo se le aplicaba la regla del 25%).
- Actualmente se somete a revisión la Excepción de Licencia denominada ¨Apoyo al Pueblo Cubano¨. Esto se hace con el objetivo declarado de que no se puedan llevar a cabo algunas donaciones destinadas al gobierno y el Partido Comunista de Cuba (PCC).
- Se desautoriza la exportación de artículos promocionales que ¨benefician fundamentalmente al gobierno de la isla¨.
- Por otro lado, se limitan las exportaciones de aquellos bienes destinados a desarrollar o mejorar la infraestructura telecomunicativa de la isla. En este caso solamente se privilegiarán aquellos bienes que favorezcan el ¨libre y democrático flujo de información¨ entre los ciudadanos cubanos.
Ni corto ni perezoso el Canciller cubano Bruno Rodríguez acaba de señalar que las nuevas disposiciones «son actos adicionales de bloqueo económico, representativas de una política en bancarrota moral, aislada internacionalmente y promovida por un gobierno corrupto».
Por su parte el presidente Díaz Canel escribió lo catalogó desde su cuenta de Twitter como: “Otro acto inhumano, cruel e injusto contra Cuba”, a la vez que señaló que se trata de otra expresión de impotencia, degradación moral y desprecio del imperio.
Entre tanto el presidente Trump no tiene para cuando parar en su afán sancionador y ahora acaba de señalar que está «revisando con más detalle» el rol que desempeña el gobierno de Putin como sostén del gobierno del presidente Maduro.
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