Durante varios días las farmacias de Santa Clara vendieron duralginas a punto de vencer. Este medicamento fue producido en China en septiembre de 2020, y su fecha de vencimiento indica claramente que es en septiembre de 2022.
A pesar de ello, las personas acudieron rápidamente a las farmacias para adquirir este producto, deficitario durante meses. Además, como ya han aprendido los cubanos en estos años de dura crisis, los medicamentos conservan validez un tiempo más allá de la fecha establecida por el fabricante. Señales a tener en cuenta en ese sentido son el cambio en la coloración o la composición.
El costo del paquete de duralginas vencidas, con tres blíster o tirillas cada uno, es de $12 pesos cubanos, muy barato en el contexto actual. Téngase en cuenta que en el mercado informal una sola tirilla puede costar de $200 a $300 pesos cubanos.
La pregunta que se hacen muchos, entonces, es en qué almacén y con qué fin estaban guardadas estas duralginas. ¿Por qué no las sacaron antes a la venta? O ¿acaso Cuba las compró a menor precio por estar a punto de vencer?
Ningún medio oficial ha hecho mención a este asunto.
Carencia de medicamentos en Cuba
Una de las principales preocupaciones de los cubanos es la carencia de medicamentos. Largas colas se forman en las farmacias cuando venden alguno deficitario. Mientras, ha prosperado un mercado negro a partir de las compras que realizan cientos de cubanos en el extranjero.
A través de Internet y las redes sociales se compran y venden desde calmantes hasta antibióticos de última generación, así como material médico desechable.
Recientemente fue noticia que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) dará un crédito a Cuba de 46 millones de dólares. El dinero será destinado a la producción de medicamentos y equipos médicos. El crédito busca apoyar a la industria farmacéutica cubana en medio de una crisis sostenida en la adquisición de materias primas por falta de fondos.
El dinero se destinará a la producción de antibióticos inyectables, sueros, medicamentos genéricos y biosimilares, equipos médicos y diagnosticadores. El énfasis está puesto en aquellos destinados a enfrentar la covid-19 y otras enfermedades transmisibles.