En noviembre de 2024, Venezuela incrementó sus exportaciones de petróleo hacia Cuba, alcanzando un promedio de 38.000 barriles diarios, lo que representa un aumento de 10.000 barriles respecto al mes anterior.
Este incremento se produce en un contexto de creciente inestabilidad energética en la Isla, evidenciada por apagones prolongados y una crisis de combustible que afecta a diversos sectores.
La estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) ha intensificado sus envíos de crudo, principalmente hacia China, que recibió aproximadamente 613.000 barriles diarios en el mismo período.
Sin embargo, los suministros a Cuba han cobrado relevancia debido a la dependencia energética de la Isla y a las dificultades internas para mantener una producción estable de combustibles.
Históricamente, Cuba ha dependido de las importaciones de petróleo venezolano para satisfacer sus necesidades energéticas. No obstante, en años recientes, la producción nacional de combustibles, como el queroseno, ha disminuido significativamente.
Por ejemplo, en 2015, la producción de turbocombustible alcanzó 5.308 barriles diarios, permitiendo incluso la exportación de excedentes. Para 2022, la producción se redujo a 33.700 toneladas, generando un déficit de 117.400 toneladas para cubrir la demanda interna.
Esta situación ha llevado a una creciente dependencia de las importaciones para abastecer el mercado interno.
Sin embargo, las cantidades importadas han disminuido en los últimos años, pasando de 11.009 barriles diarios en 2017 a apenas 3.948 barriles diarios en 2022.
El reciente aumento en los envíos de petróleo desde Venezuela podría aliviar temporalmente la crisis energética en Cuba.
No obstante, la sostenibilidad de este suministro es incierta, especialmente ante posibles cambios en las políticas internacionales y las sanciones que afectan a PDVSA.
La crisis energética en Cuba no solo afecta al sector eléctrico, sino también al transporte y a la industria, generando un impacto significativo en la vida cotidiana de la población.
La falta de combustible ha llevado a interrupciones en el servicio de transporte público y a una disminución en la producción industrial, exacerbando los desafíos económicos que enfrenta el país.
En este contexto, la cooperación energética entre Venezuela y Cuba se mantiene como un factor clave para la estabilidad de ambos países.
Pero, la dependencia de estos suministros externos subraya la necesidad de diversificar las fuentes de energía y de invertir en infraestructuras que permitan una mayor autosuficiencia energética en el futuro.