En febrero de 2024, casi 21 mil ciudadanos cubanos lograron alcanzar territorio estadounidense, reflejando así una situación migratoria que se consolida.
El principal destino de la emigración cubana es Estados Unidos, y los datos más recientes de la Patrulla Fronteriza indican que 20815 cubanos llegaron a las fronteras de de este país durante el segundo mes del año, en contraste con los 22,946 que lo hicieron en enero.
Este número, aunque ligeramente menor que el registrado en el primer mes de 2024, subraya la gravedad de la situación. Ya que se trata de la población equivalente a a un municipio cubano completo como Guisa, Camajuaní o Bauta. Mes tras mes Cuba pierde la población correspondiente a uno de esos territorios solo con destino a Estados Unidos. Si se contabiliza el número de emigrantes que se van a otros países el número se incrementa, como es de esperar.
De este grupo de cubanos que entraron a Estados Unidos en febrero, aproximadamente 6,559 individuos optaron por la vía marítima. Desafiando incluso las medidas más estrictas implementadas en las entrevistas de miedo creíble para los balseros. Y lamentablemente, la mayoría de estos migrantes están siendo retornados a la isla.
La Patrulla Fronteriza también informó que más de 42,100 personas, de diversas nacionalidades, fueron procesadas mediante citas a través de la aplicación CBP One en los puertos de entrada, representando así el 86% del total de migrantes procesados en las fronteras. Entre estas nacionalidades destacan Haití, México y Venezuela.
En una publicación oficial, CBP reveló que desde el 5 de enero de 2023, más de 81 mil cubanos han podido acceder a Estados Unidos de manera segura, ordenada y legal gracias al programa de parole humanitario promovido por la Administración de Joe Biden.
Hasta finales de febrero de 2024, más de 386,000 personas procedentes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela lograron ingresar legalmente al país norteamericano.
Detalladamente, 81,000 cubanos, 156,000 haitianos, 71,000 nicaragüenses y 97,000 venezolanos fueron sometidos a exámenes y autorizados para viajar.
De este grupo, 79,000 cubanos, 151,000 haitianos, 64,000 nicaragüenses y 91,000 venezolanos ingresaron legalmente y se les concedió la entrada al país.
La persistencia de la crisis migratoria cubana refleja un deterioro continuo de las condiciones de vida en la isla caribeña.