La actual crisis migratoria que vive México vio otro capítulo en las últimas horas cuando varias fábricas detuvieron su accionar. El alto en la producción sucedió en áreas cercanas a la frontera sur de Estados Unidos. Alrededor de 320 maquiladoras evalúan, además, parar su marcha. Esto sería fatal para los trabajadores de la zona norte del país azteca; más de la mitad labora en uno de esos centros.
La producción se detuvo por la imposibilidad de transportar la carga de Juárez hacia Estados Unidos. Las plantas que ya está detenidas brindan empleo a casi cinco mil personas. Se estima que existan, ahora mismo, más de $1 000 millones de dólares en exportaciones varadas.
Los ejecutivos de las plantas detenidas propusieron hacer un alto de dos días para dar un breve margen de tiempo a la recuperación de las exportaciones. Además, pretenden aliviar la capacidad en sus bodegas y almacenes. Solo así reiniciaría la producción a partir de las venideras jornadas.
Las compañías ya negocian el siempre importante aspecto salarial con sus empleados. De hecho, se plantea pagar el 50% del sueldo mensual a todos los obreros en situación de “Paro” por la razón en cuestión.
Situación crítica
La presente situación migratoria que vive México afecta sobremanera la rutina laboral de miles de aztecas. Los que viven al norte del país dependen, principalmente, de sus ingresos mensuales gracias a las producciones fabriles. En Juárez, por ejemplo, más del 60% de los contratados fungen como maquiladores. Mientras, en todas las urbes del límite fronterizo el 52% de los empleos pertenecen al sector industrial.
Manuel Sotelo, presidente de la Asociación de Autotransporte de Carga en Juárez, dijo que se trata de un tema político. “Aquí, ahora, se revictimiza a los migrantes. La culpa no es de ellos sino de los gobiernos. Unos politizan el tema y los otros no ofrecen soluciones”.
Sotelo comentó que en una semana se acumularon, sin poder exportar, alrededor de 7 mil 500 cargas en Ciudad Juárez. Cada una de ellas tiene un valor promedio estimado de $135,000 dólares, lo que significan más de $1,000 millones de dólares varados en la frontera.