El presidente Trump planea restablecer y ampliar las restricciones de viaje a Estados Unidos para los ciudadanos de un grupo de países, incluida Cuba. Así lo ha publicado el diario The New York Times.
El gobierno de Donald Trump está ultimando un nuevo veto migratorio que prohibiría la entrada de ciudadanos de ciertos países a Estados Unidos. La medida, según fuentes cercanas al proceso, sería más amplia que las implementadas en su primer mandato.
Lista de países afectados
Un borrador en discusión dentro del Ejecutivo propone una «lista roja» de naciones cuyos ciudadanos serían vetados de manera absoluta. Según un funcionario, la lista incluiría principalmente países afectados por las restricciones previas de Trump, como Cuba, Irán, Libia, Corea del Norte, Somalia, Sudán, Siria, Venezuela y Yemen.
Además, el documento sugiere añadir Afganistán a este grupo. Shawn VanDiver, presidente de AfghanEvac, una organización que ayuda a reasentar afganos que colaboraron con las fuerzas estadounidenses, afirmó haber sido informado de que los ciudadanos de Afganistán enfrentarían una prohibición total de ingreso.
La propuesta también contempla una «lista naranja», con países cuyos ciudadanos tendrían acceso restringido a ciertos tipos de visas, como las de negocios, pero no a permisos de residencia o turismo. En este caso, los solicitantes enfrentarían entrevistas presenciales y procesos más rigurosos.
Pakistán podría quedar en este nivel o en la categoría más estricta, según fuentes cercanas al proceso. Una tercera «lista amarilla» daría a ciertos países 60 días para corregir deficiencias en seguridad o cooperación con Estados Unidos antes de ser movidos a una de las otras categorías.
Impacto en quienes ya tienen visas
Aún no está claro si la medida afectará a quienes ya cuentan con visas aprobadas o si estas serán canceladas. En el caso de Afganistán, hay unas 200,000 personas dentro del país y 51,000 fuera, principalmente en Pakistán, esperando su reasentamiento en Estados Unidos. VanDiver advirtió que muchos de ellos ya tienen vivienda asegurada y están listos para viajar.
«Es la población más revisada que jamás haya existido», dijo. «El proceso que han atravesado es increíblemente riguroso».
Veteranos de la guerra en Afganistán que votaron por Trump han expresado su descontento ante esta posible prohibición. «Esto no es lo que voté», han manifestado algunos, según VanDiver. «Se suponía que íbamos a traer a nuestros aliados de guerra a casa, y ahora los están traicionando».
La orden ejecutiva en marcha
El 20 de enero, Trump firmó una orden ejecutiva instruyendo al Departamento de Estado a identificar países que no cumplen con estándares de seguridad y compartir información sobre viajeros. La lista final debe presentarse en dos semanas y se elabora con la colaboración de los departamentos de Justicia y Seguridad Nacional, así como con la Oficina del Director de Inteligencia Nacional.
El Departamento de Estado no ha confirmado detalles sobre la lista, pero afirmó en un comunicado que sigue la orden presidencial para «proteger a la nación y sus ciudadanos, manteniendo los más altos estándares de seguridad y control migratorio».
Bajo la dirección de la Oficina de Asuntos Consulares, embajadas y expertos en seguridad están revisando los datos de cada país para determinar su inclusión en las listas. Algunos argumentan que ciertas restricciones podrían afectar relaciones diplomáticas clave.
Un retorno a las políticas de su primer mandato
La política de Trump sobre restricciones migratorias comenzó en 2015 con su propuesta de prohibir la entrada de musulmanes a Estados Unidos. En 2017, al asumir la presidencia, firmó la primera versión de su veto migratorio, que fue modificada varias veces tras enfrentar desafíos legales.
Las primeras versiones del veto, enfocadas en países de mayoría musulmana, fueron bloqueadas por tribunales. Sin embargo, una versión revisada logró la aprobación de la Corte Suprema.
Cuando Joe Biden asumió la presidencia en 2021, revocó estas prohibiciones de inmediato, calificándolas de «simplemente erróneas» y «una mancha en nuestra conciencia nacional». Argumentó que las restricciones perjudicaban la seguridad nacional al dañar alianzas estratégicas.
Ahora, con su regreso al poder, Trump justifica la reinstauración de estas medidas como una forma de proteger a Estados Unidos de amenazas externas, incluyendo posibles ataques terroristas y el ingreso de individuos con ideologías extremistas.