El gobierno de Estados Unidos introducirá muy pronto nuevas medidas en la frontera entre Estados Unidos y México, las cuales limitarán considerablemente las solicitudes de asilo, según informaron fuentes consultadas por la agencia estadounidense The Associated Press.
El «cierre» implicaría también que negaran automáticamente la entrada a muchos inmigrantes, una vez que el número de personas detenidas por los agentes fronterizos estadounidenses supere un nuevo umbral diario.
Las fuentes de AP, familiarizadas con el tema, informaron que Biden podría firmar la orden ejecutiva tan pronto como el próximo martes.
Estas fuentes también señalaron que las medidas buscan evitar cualquier posible aumento en los cruces ilegales. La decisión llegaría especialmente con las elecciones presidenciales de noviembre en el horizonte. Y reduciría antes de fin de año la entrada de migrantes, en momentos en que las temperaturas son más bajas y hay un aumento histórico en los intentos de cruce de México a Estados Unidos.
Frenar la migración
Desde principios de año, después del fracaso de un proyecto de ley bipartidista sobre la frontera, el presidente Biden ha estado considerando tomar medidas adicionales a través de órdenes ejecutivas.
Aunque el número de cruces ilegales ha disminuido, esto se debe principalmente a los esfuerzos intensificados por el gobierno de México para controlar la migración.
Sin embargo, la inmigración sigue siendo un tema clave en la campaña electoral, y los republicanos no han dudado en criticar a Biden por lo que consideran su «torpe manejo» de la situación.
Limitar las citas CBP One
Las nuevas restricciones se consideran un intento agresivo para aliviar el saturado sistema de asilo del país y acelerar los casos de inmigrantes ya presentes en Estados Unidos.
Se está evaluando limitar el número de encuentros diarios a un promedio de 4000 durante una semana, y podría incluir a los solicitantes de asilo que llegan con citas a través de la aplicación CBP One. De modo que se podrían afectar solicitantes de regímenes autoritarios de países como Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Entre las medidas consideradas, una opción es que los migrantes que lleguen después de alcanzar el umbral o número diario establecido puedan ser expulsados automáticamente.
Se trataía de un proceso similar a la deportación, lo que dificultaría su regreso a la frontera. Este enfoque contrasta con la política del Título 42, implementada durante la pandemia, que permitía la expulsión rápida pero facilitaba el regreso de los migrantes expulsados.
Las nuevas restricciones están amparadas en la Sección 212(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, que permite al presidente bloquear la entrada de ciertos inmigrantes si considera que su ingreso es perjudicial para los intereses nacionales.
Choque electoral
Recientemente, los republicanos bloquearon en el Senado un proyecto de ley que habría formalizado algunas de estas medidas, a pesar de que han criticado a Biden por no hacer lo suficiente para controlar la inmigración.
Este proyecto de ley contaba con el respaldo del Consejo Nacional de la Patrulla de Fronteras y de su presidente, Brandon Judd, partidario de Donald Trump. Sin embargo, Trump instó a los republicanos a rechazar la ley para evitar dar una victoria electoral a los demócratas.
El Congreso aprobó recientemente un incremento en los fondos destinados a operaciones de aplicación de la ley y la expulsión de inmigrantes, así como programas de monitoreo alternativos a la detención, como el uso de aplicaciones telefónicas y tobilleras electrónicas.
Además, la administración Biden anunció cambios en la política de asilo, acelerando la expulsión de inmigrantes considerados «no aptos» y afectando a aquellos con antecedentes penales.
Estas medidas buscan asegurar que solo aquellos migrantes que utilizan vías legales y seguras puedan solicitar asilo, reduciendo así los peligros y costos asociados con la migración ilegal.