Los indocumentados en Estados Unidos poseen un Número de Identificación Personal del Contribuyente (ITIN) que posibilita el pago de los tributos. El encargado de controlar este proceso es el Servicio de Impuestos Internos (IRS) del país.
Esta contribución fiscal les proporciona ventajas a los inmigrantes, porque se convierte en un argumento para solicitar alguna asistencia migratoria. El American Immigration Council (AIC) informó que si el emigrante optara por el Seguro Social, se tomarían en cuenta los pagos abonados por el ITIN.
El ITIN se diseñó en julio de 1996 con el objetivo de que todos los ciudadanos foráneos en suelo estadounidense puedan contribuir con los impuestos. La cifra del ITIN está integrada por nueve dígitos que empiezan con el 9.
Los números que siguen están en un margen del 50 al 65, del 70 al 88, del 90 al 92 y del 94 al 99. La estructura del ITIN es idéntica a la del Número del Seguro Social (SSN).
Los defensores de inmigrantes
Las autoridades migratorias también aclaran que el ITIN no es un documento de identidad. La estadística refleja que más de 4 millones de inmigrantes cuentan con el ITIN y se han recaudado con ellos $5500 millones de dólares.
Existen más de cien organizaciones sociales y religiosas en la nación que le hacen demandas al comisionado del IRS, Douglas O´Donnell. Entre estas se encuentra la prórroga de la solicitud del ITIN por parte de los indocumentados hasta el 15 de abril del 2024. Los defensores de los inmigrantes también piden que se acaben los obstáculos que imposibilitan el otorgamiento de créditos.
Existen varios casos de personas en situación migratoria diferente que tienen en su poder un ITIN. Estos pueden ser los estudiantes universitarios, maestros o científicos que están en Norteamérica por un tiempo limitado. Están además las parejas de los nacionales o de los elegidos para la Green Card.