El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos ha incrementado sus operativos en ciudades con significativa presencia hispana, con el objetivo de detener entre 1,200 y 1,500 inmigrantes diariamente. Estas acciones forman parte de una estrategia más amplia para reforzar la aplicación de leyes migratorias en todo el país.
Operativos recientes y próximos objetivos
Durante el fin de semana pasado, ICE llevó a cabo redadas en Chicago y Nueva York, donde participaron altos funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional.
Se informó que la próxima operación estaba programada en Aurora, Colorado, un suburbio de Denver con una considerable comunidad hispana. Sin embargo, este operativo fue cancelado temporalmente debido a filtraciones en los medios que comprometieron la seguridad de los agentes involucrados.
Enfoque en inmigrantes con antecedentes penales
Las autoridades han enfatizado que estos operativos se centran en inmigrantes indocumentados con antecedentes penales. Por ejemplo, en una reciente redada en Denver, agentes federales arrestaron a 50 miembros de la violenta banda Tren de Aragua en un club nocturno improvisado, incautando armas, drogas y dinero en efectivo.
A nivel nacional, las redadas han resultado en más de 600 arrestos, incluyendo individuos acusados de delitos graves como violación infantil y terrorismo.
Reacciones y preocupaciones
Estas acciones han generado preocupación entre líderes comunitarios y defensores de los derechos de los inmigrantes, quienes temen que las redadas provoquen temor en las comunidades hispanas y puedan llevar a la detención de personas sin antecedentes criminales.
Además, la cancelación del operativo en Aurora destaca los desafíos que enfrenta ICE en la planificación y ejecución de estas operaciones, especialmente cuando la información se filtra al público.
Perspectivas futuras
ICE ha indicado que continuará con su estrategia de realizar operativos en diferentes ciudades cada semana, ajustando sus planes según sea necesario para garantizar la seguridad de sus agentes y la efectividad de las redadas.
La agencia mantiene su compromiso de enfocarse en individuos que representan una amenaza para la seguridad pública, mientras las comunidades afectadas permanecen atentas a los desarrollos y buscan formas de proteger a sus miembros más vulnerables.
